Una corte en la ciudad de Angers condenó ayer a 38 hombres y 27 mujeres que cometieron  pederastia (abuso sexual a menores), en un juicio que duró cuatro meses y medio, lo que lo convierte en el mayor proceso realizado en Francia por ese delito.

Algunos de los declarados culpables, prostituyeron y abusaron incluso de sus propios hijos, de entre 6 meses y 12 años, en lo que se describió como “una rutina infernal de incesto y pornografía” que duró casi tres años, entre 1999 y 2002.