El presidente estadounidense, George W. Bush, se adjudicó este jueves una importante victoria con la aprobación del Cafta, su mayor proyecto para América Latina, que mejora las perspectivas de un acuerdo comercial con los países andinos y le evita un papelón en la Ronda de Doha.

Pese a que el comercio de Estados Unidos con los seis países solo representa un 1% de sus exportaciones totales, el Cafta fue objeto de una dura batalla política entre demócratas y republicanos que obligó a la Casa Blanca a volcar todo su peso político para sacarlo adelante.

El tratado de libre comercio con cinco países de Centroamérica y República Dominicana, conocido como Cafta por sus siglas en inglés, elimina inmediatamente el 80% de las tarifas y otras barreras comerciales entre los siete países.

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Fue aprobado el jueves de madrugada por la Cámara de Representantes por apenas dos votos (217 contra 215). El Senado lo había ratificado en junio por 54 votos contra 45.

El acuerdo aún debe ser aprobado por los Congresos de Costa Rica, Nicaragua y Dominicana.

"Es más que un proyecto de ley comercial; es un compromiso con naciones que aman la libertad para avanzar la paz y la prosperidad a través de América Latina", afirmó Bush, que defiende el libre comercio en el continente como forma de luchar contra la pobreza, tras la aprobación del tratado.

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"La votación de anoche fue una victoria real para el pueblo estadounidense  y para nuestro continente", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, a periodistas.

McClellan anunció que el presidente salvadoreño, Antonio Saca, llamó esta mañana a Bush para felicitarlo por la ratificación del acuerdo.

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"Ambos líderes estuvieron de acuerdo en que el acuerdo de libre comercio prepara el terreno para una Centroamérica estable, libre y vibrante y apunta a una larga y productiva relación entre Estados Unidos y los países centroamericanos", precisó.

Honduras, Dominicana, Nicaragua y El Salvador enviaron tropas a Iraq durante la primera fase de ocupación estadounidense, y El Salvador es el único país latinoamericano que mantiene soldados allí.

"Este triunfo envía una poderosa señal a la región y al mundo de que Estados Unidos continuará liderando la apertura de mercados y nivelando la cancha de juego", estimó por su lado el representante de Comercio estadounidense, Rob Portman, en un comunicado.

"La aprobación del Cafta otorga nuevo impulso para la Ronda de Doha y otras negociaciones" comerciales, indicó el secretario de Agricultura, Mike Johanns.

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Portman recordó que el jueves viajaba a Ginebra para seguir trabajando a fin de mantener la ronda de Doha de liberalización del comercio mundial encaminada.

"El tratado en negociación con los andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) probablemente estaría muerto si la ratificación del Cafta hubiera  fracasado", dijo a la AFP Kim Elliott, experta en comercio del Centro para el Desarrollo Global, con sede en Washington. "Por lo menos ahora sigue en marcha, pero todavía enfrenta muchos obstáculos, y uno de los grandes es el azúcar", indicó.

Según Elliott, si el Cafta hubiera fracasado "también habría dificultado la Ronda de Doha" y obligado a Bush a "demostrar en un contexto multilateral que tenía la voluntad de seguir adelante en las negociaciones agrícolas".

Sin embargo, la experta no cree que el Cafta tenga el potencial de resucitar las negociaciones para crear una zona de libre comercio continental desde Alaska hasta Tierra del Fuego (ALCA), que el gobierno de Bush buscó promover hasta que se topó con la reticencia de Brasil.

"El ALCA se mantiene vivo artificialmente. Está ahí porque ningún gobierno ha querido darse por vencido por completo", opinó.

Estados Unidos ya tiene acuerdos de libre comercio con México y Canadá desde 1994 y con Chile desde el 2003. Pese a su retórica proteccionista, el Congreso estadounidense no ha rechazado ningún acuerdo comercial en casi 40 años.