El papa Benedicto XVI enfrentó ayer su primer conflicto importante en sus tres meses de pontificado.

Israel expresó su indignación al enviado del Vaticano en ese país, Pietro Sambi, porque el Papa –en su último discurso dominical– no condenó los ataques terroristas contra los judíos.

Las autoridades israelíes lamentaron que el Pontífice no incluyera al Estado hebreo en la lista de los países afectados por el terrorismo, entre los que mencionó a Egipto, Iraq, Turquía y Reino Unido.

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En un comunicado, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, mostró su asombro por la reacción israelí.

“Concerniente al hecho de que el Santo Padre, en su ángelus del domingo, no mencionara a Israel al mismo tiempo que a  otros países, debemos entender que se refería expresamente a los atentados de  estos últimos días”, explicó Navarro-Valls.  El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí sostuvo en un comunicado que “el Papa omitió condenar el atentado terrorista que sucedió en Israel la  semana pasada”, en alusión al ataque suicida palestino en el que, el 12 de julio, murieron cinco palestinos en Nentaya. Según la Cancillería, el Pontífice –al no condenar los  atentados en Israel en su último sermón– “refuerza a los extremistas opuestos a la paz”.