La mayor parte de los casos que se presentan en estas dependencias de  Guayaquil son pleitos entre vecinos, deudas e infidelidades. 
 
Las diferencias y rencillas familiares, sentimentales o entre vecinos son las principales denuncias que se presentan en las comisarías de Policía, ubicadas en el edificio de la Intendencia del Guayas. 

Ofelia, de 50 años, quien vive en La Floresta, llega algo nerviosa a la Comisaría Quinta. Su aspecto llama la atención. Vestida con ropa juvenil, pelirroja, uñas largas y pintadas casi del mismo tono del cabello, con un piercing en la nariz y maquillada de tal forma que disimula sus arrugas, se acerca al comisario Enrique Delgado y le expone su problema, que considera es muy grave.

“Mi vecina me ha insultado, me dijo cosas horribles y solo porque estaba barriendo el portal”, dice sin mirar al comisario a los ojos.

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Luego, ante los cuestionamientos de la autoridad, con más fuerza reafirma su postura y señala que no es la primera vez. Busca otros ojos como para que le ayuden a demostrar que lo que dice es cierto,  pero no los encuentra.

Delgado, quien le explica que su papel es el de tratar que ambas partes lleguen a un acuerdo, las cita a ambas para la siguiente semana.

El caso de Ofelia es uno de los más comunes, según cuentan los comisarios.

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“La mayor incidencia de casos en las comisarías son las infidelidades, mujeres que pelean con otras por sus novios o convivientes”, dice Delgado.

Le siguen las peleas entre  vecinos, porque en ciertos lugares de la ciudad la situación se presta para que el convivir de la gente sea más cercano.

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Las deudas ocupan el tercer lugar de los casos que los ciudadanos presentan en las comisarías de Policía.

Largas colas se forman afuera de las comisarías. Más acuden mujeres que improvisadamente se sientan en cualquier sitio del pasillo, mientras esperan su turno para presentar sus denuncias ante los secretarios.

Ellos usan máquinas de escribir de modelos antiguos, para copiar textualmente las declaraciones de los denunciantes. El sonido intenso de las teclas en movimiento indica que hay nuevos pleitos por resolver. 

“Aquí a veces hay cosas insólitas, pero una vez que estás en este puesto puedes entender que este tipo de situaciones pasan en la vida cotidiana”, señala Delgado.

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Otro caso muy singular es el de Ingrid, quien labora en un banco de la localidad y recibió en su trabajo (ella y sus jefes) una carta de la ex novia de su novio, quien muy airada le reclamaba la pérdida de su amor y se refería a ella con epítetos degradantes.

Esto le causó un problema en el trabajo. Ingrid presentó su denuncia y ambas fueron citadas para buscar una solución al problema.

En otra de las comisarías, Paulina espera ser atendida.  Ella está en el cuarto mes de gestación y fue golpeada por la ex esposa de su novio. Espera recibir una boleta de auxilio para ella y sus familiares. 

Mientras espera, más y más personas entran y salen de las comisarías.