Los jóvenes estadounidenses son renuentes a ingresar en las Fuerzas Armadas y ante esa situación el Pentágono ha pedido al Congreso aumentar de 35 a 42 años la edad máxima para recibir a nuevos reclutas.

El problema se agudizó en los últimos meses pese a campañas de publicidad para aumentar el reclutamiento durante el verano boreal, cuando muchos adolescentes terminan sus estudios secundarios y se enfrentan al dilema de continuar sus estudios o trabajar.

Esas campañas, que insisten en el “servicio al país”, fueron reforzadas por incentivos económicos que incluyen un bono por firmar el fichaje militar aumentado de 8.000 a 10.000 dólares.

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También se ha incrementado el monto de las becas de 50.000 a 70.000 dólares para los reclutas que quieren seguir estudios universitarios mientras permanecen en las Fuerzas Armadas.

El Departamento de Defensa de EEUU informó el pasado viernes de que, de ser aprobada su propuesta al Congreso, la edad máxima de 42 años se aplicará a todas las ramas de las Fuerzas Armadas, pero beneficiará en especial al Ejército, la que más problemas de reclutamiento tiene a causa de las guerras en Iraq y Afganistán.

El Ejército aporta la mayor parte de los cerca de 135.000 soldados estadounidenses desplegados en Iraq. Algunos expertos  advirtieron  de que para fines de este año se corre el peligro de que no haya soldados con experiencia para enviar a ese país.