A criterio de Nelsa Curbelo, presidenta de la ONG Ser Paz, quien trabaja con pandillas juveniles, la formación de estos grupos obedece a la falta de apoyo estatal en crear espacios destinados a aprovechar el tiempo libre de los jóvenes.

Curbelo menciona la existencia de la llamada Casa de la Juventud en la comunidad de Cataluña, España, donde los jóvenes tienen su punto de reunión con diferentes espacios y donde encuentran todo lo que ellos desean, incluso una bolsa de trabajo.

“Hay muchas cosas por hacer conjuntamente”, dice Curbelo, tras señalar que durante una semana de jornadas donde se analizó la presencia de las bandas latinas en España, se habló de la apertura para un trabajo conjunto entre el gobierno Catalán y Guayaquil, ciudad de donde proceden la mayoría de  integrantes de las bandas.

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Los jóvenes llegaron a España por sus padres, muchos de ellos se encontraron a sus progenitores separados y en  nuevos hogares, donde ellos sentían que estaban de más.

Hay una propuesta de la Policía de Barcelona para que la Policía local realice una visita y conozca su trabajo de cómo se previene y se interviene. “Ellos están seguros que invertir aquí es prevenir allá”.