Esta ciudad (en el límite entre Esmeraldas y Pichincha) no consta en mapa alguno de las 22 provincias de nuestro país, tal es el caso que no tiene derecho a recibir algún tipo de obra pública, ni el Estado se siente en la obligación de dársela. Se la obliga a tener deberes y no recibir nada a cambio; si no me equivoco, sería la única ciudad en el mundo donde sucede esto. Pero, curiosamente, La Concordia sí cumple con todos los pagos de impuestos y demás obligaciones de ley que le exige el Estado.

Es una ciudad con más de 45 mil habitantes, pero tal es el estado de abandono que no cuenta con agua potable ni alcantarillado, no tiene servicios hospitalarios... carece de todos los servicios públicos. Con lo que sí cuenta es con pozos de agua en las calles y con la posibilidad de desarrollar cualquier tipo de enfermedades.

Si los poderes del Estado no cambian su actitud de tener abandonada esta ciudad por más de 45 años, buscaremos la ayuda de las Naciones Unidas, como unidad territorial, para que nos pueda canalizar ayuda internacional, esto como último recurso, ya que en nuestro propio país no nos han dado solución alguna, ni el Congreso con la cantonización ni el Gobierno asignándole recursos.

Publicidad

José B. Nevárez N.
La Concordia