La policía británica abatió el viernes a un hombre en una estación del tren subterráneo en el sur de Londres, mientras las autoridades continuaban la búsqueda de los atacantes que intentaron este jueves atentar contra la red de transporte de la capital de Gran Bretaña.

"Podemos confirmar que poco después de las 10 a.m., oficiales armados entraron a la estación del metro de  Stockwell. Los oficiales interceptaron a un hombre y posteriormente le dispararon. El Servicio de Ambulancias de Londres acudió al lugar", dijo la policía.

Las autoridades policiales también confirmaron la muerte del individuo en el lugar.
Testigos se refirieron a un hombre de apariencia asiática portando una mochila y saltando sobre barreras mientras era perseguido por ocho o nueve oficiales armados, antes de ser agarrado y baleado.

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Varios informes de medios dijeron que el sujeto era un supuesto atacante suicida con bomba. La policía del transporte informó que suspendió los servicios de las líneas Norte y Victoria de la capital británica, que pasan por la estación Stockwell.

"Los vi (a la policía) disparar cinco veces a la persona en el piso", dijo el testigo Mark Whitby al canal de televisión de la BBC. "Los vi matar a un hombre", agregó.

La policía acordonó las calles en torno a la estación y reunió testigos para hacerles preguntas sobre el incidente.

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Otro testigo visual, Graham Eaves, quien dijo que estaba viajando en la línea Victoria hacia el norte desde Stockwell, sostuvo que había notado un olor extraño que parecía provenir de un bolso humeante.

Las explosiones del jueves, que ocurrieron a la hora del almuerzo, causaron pánico pero no dejaron muertos, en un aparente intento fallido por repetir los atentados suicidas con bombas que mataron a 52 personas hace dos semanas.
La Brigada Abu Hafs al Masri Brigade, un grupo vinculado con Al Qaeda que se había atribuido la responsabilidad de los ataques del 7 de julio, publicó el viernes una declaración en un sitio web islamista en la que reivindicó los ataques del jueves.
Mientras los expertos forenses investigaban los tres vagones del metro y el autobús de dos pisos que se vieron afectados por las cuatro pequeñas explosiones casi simultáneas, la policía tuvo que responder a una serie de alertas de seguridad en el sur de Londres.   
Cacería
Durante algunas horas del viernes, la policía cercó brevemente una mezquita en el este de Londres, tras una falsa alarma de bomba.
También examinaron los restos de los dispositivos que no alcanzaron a estallar el jueves, con la esperanza de identificar los explosivos y hallar huellas digitales u otras pistas que conduzcan a conocer la identidad de los agresores.
Mientras se intensificaba la cacería, las personas que todos los días usan el sistema de transporte regresaron el viernes por la mañana a los autobuses y los trenes, diciendo que seguirán con sus rutinas normales a pesar de la segunda ola de ataques en dos semanas.
"Igualmente tomaré el tube (como se conoce en inglés al metro de Londres). Si te toca, te toca", dijo Elisa Blackborough, que viajaba para llegar a su trabajo, en un banco en el distrito financiero de Londres.
La policía parecía tener más pistas de los ataques del jueves que de los atentados previos, al contar con las bombas que no estallaron, más reportes de testigos e imágenes de circuito cerrado.
Pero, los expertos en seguridad advirtieron que los atentados podrían continuar.
"Para los terroristas determinados, nunca alcanza con un sólo ataque (...) Quieren realizar una serie para que haya una sensación de que existe una campaña, de que esto continuará todo el tiempo", dijo Michael Clarke, un experto en defensa de Kings College, en Londres.