El llamado síndrome de la fatiga crónica no es una patología mental, como se pensaba hasta ahora, sino genética, según un estudio de científicos británicos divulgado ayer en el Reino Unido.

La investigación, que publicará la revista médica Journal of Clinical Pathology el próximo mes, concluye que esa patología, conocida también como encefalomielitis miálgica, parece producirse como consecuencia de una anormalidad biológica y no neurológica.

La enfermedad, de síntomas parecidos a los de una resaca aguda, provoca en el paciente un gran cansancio, debilidad, dolores de cabeza, trastorno del sueño y falta de concentración.

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Cambios físicos
Los responsables del estudio, hecho por un equipo dirigido por el profesor Jonathan Kerr, de la universidad londinense Imperial College, han descubierto que los afectados por la patología presentan “claros cambios físicos”.

Los autores basan su averiguación en la comparación entre el comportamiento de las glóbulos blancos de enfermos que han sufrido la dolencia y personas ajenas a ese padecimiento.

De los resultados de esa comparación, los investigadores han colegido que algunos genes de los glóbulos blancos parecen mostrar signos de que una infección vírica continua es la causa de la fatiga crónica.

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El estudio fue bien acogido por algunos especialistas, como el neurólogo Russell Lane, del Charing Cross Hospital de Londres, quien elogió los resultados de la investigación.