En la maternidad Sotomayor hubo 6.790 partos normales y 10.080 cesáreas, de enero a junio del 2005.

Las intervenciones quirúrgicas ganan terreno en  hospitales de la ciudad a la hora de dar a luz.

Aumentaron en la última década en Ecuador y Latinoamérica y hoy las cesáreas desplazan al parto por vía vaginal.

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En la maternidad Enrique C. Sotomayor, la más grande de  Guayaquil y donde llegan gestantes del país, el 59% de los partos que se atienden se hacen por cirugía. Así lo reflejan sus estadísticas del primer semestre del 2005, que registran 6.790 partos normales y 10.080 cirugías.

La situación fue similar el 2004 en esta casa asistencial. De los 32.486 partos registrados, 13.780 se dieron por vía vaginal y 18.706 por cesárea, 4.000 más que en el 2003. Ese año se asistieron 14.587 cesáreas y 16.603 partos naturales.

El incremento, explica Jaime Peñafiel, presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia, se produce por la cantidad de embarazos no controlados, por el cambio de médico a última hora y complicaciones que puede presentar la mujer durante la gestación y aún en el trabajo de parto.

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En las gestantes puede darse problemas de estrechez pélvica, haber una mala posición del niño (que no haya encajado), cordón umbilical corto o por sufrimiento del feto al momento de nacer.

“No podemos salirnos de la naturaleza. El parto normal es lo fisiológico, por eso se debe intervenir salvo indicaciones quirúrgicas, como placenta previa o niños grandes”, dice.

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Julio Procel, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, coincide con su afirmación. Indica que hay que priorizar el parto normal y hacer cesárea cuando sea necesaria: si la madre es hipertensa, presenta preeclampsia, hinchazón, sufre de epilepsias o problemas renales.

Con el control prenatal es factible conocer con un mes o hasta 15 días antes si el parto será normal o quirúrgico.

Sin embargo, el ginecólogo Fernando Noboa señala que la cesárea programada, que tiene hora y día fijo, puede convertirse en una intraparto si en el quirófano hay reacciones adversas de la mamá o el bebé.

“Ahora ya no se arriesga nada, no tengo por qué arriesgar a la madre o al hijo. La situación de riesgo es muy importante”, indica Noboa.

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Pero reconoce que muchas veces se realizan cesáreas -pudiendo ser un parto normal- a pedido de las madres, que quieren evitar el dolor o posibles desgarros.
“La madre tiene derechos ahora. Le dicen ya estoy embarazada y yo quiero escoger cómo dar a luz”.

Procel agrega que en estos casos es una especie de contrato entre la gestante y el médico y entre ellos deciden.

Esa es otra de las causas del aumento, indica Peñafiel, por comodidad del médico, puesto que se programa su agenda del día, y de la madre, que -dice Procel- también calcula sus días de permiso médico.

Y todos coinciden que el aumento no pasa por un tema lucrativo porque los honorarios médicos son los mismos para un parto normal o cesárea.

RIESGOS Y COSTOS

INTERVENCIÓN
La cesárea innecesaria o necesaria, indica el médico Fernando Noboa, está en la conciencia del médico que está viendo el parto. Si el niño está sufriendo o la madre presenta riesgos es mejor optar por la intervención.

TIEMPO
En toda cesárea el médico tiene que considerar que el niño debe ser sacado a término, esto es entre la semana 39 y la 40 de gestación para evitar problemas pulmonares.

INCREMENTO
El aumento, indica Noboa, se evidencia en los últimos 25 años porque la cesárea pasó a ser una cirugía más segura, con mejor recuperación.

COSTOS
El precio de un parto normal fluctúa entre 1.000 y 1.500 dólares; el de una cesárea entre 1.500 y 3.000, según la clínica y los honorarios de los médicos.

PARTO NORMAL
El médico Julio Procel indica que hay que defender el parto normal hasta el último momento porque una cirugía siempre trae riesgos.