El equipo oficial ecuatoriano cree que la oferta estadounidense destraba el debate en el TLC.

El documento que envió  EE.UU. a la delegación ecuatoriana con una oferta de acceso para el atún enlatado comenzó a discutirse ayer, entre los empresarios nacionales de este sector y los negociadores que participan en la XI ronda del Tratado de Libre Comercio (TLC).

Los estadounidenses entregaron –el viernes pasado– a los coordinadores ecuatorianos (de la mesa de acceso a mercados industriales) un paquete de ofertas que incluyen las condiciones de desgravación anuales (retiro de aranceles) que se aplicarían para el atún en aceite vegetal y el empacado en agua, que ingresan a dicho mercado.

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Fuentes del equipo oficial explicaron que EE.UU. propuso que el arancel que paga el atún en aceite se reduzca, tras la vigencia del TLC, del 35% al 15%. La intención es que a partir de esa tasa comience la desgravación durante un periodo de diez años hasta llegar a cero arancel. Lo cual implicaría una baja anual del 1,5% de los impuestos.

Dentro de su oferta, los delegados estadounidenses presentaron, además, dos planteamientos para el caso del atún en agua que ingresa a ese mercado con cuota y sin cuota de exportación.

Para el caso del producto que no está sujeto a una cuota, propuso un arancel del 12% (el mismo que está vigente) y, desde esta base, una desgravación en los próximos 10 años. Para el atún sujeto a cuota, en cambio, un arancel del 6% que se reduciría anualmente en 0,6%.

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Y aunque la posición ha sido calificada preliminarmente como “inaceptable” por el sector atunero nacional, dentro del equipo oficial existe optimismo por el debate que podría generar el texto.

Roberto Aspiazu, coordinador del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), sostuvo que la apertura para el atún ecuatoriano tiene que guardar relación con lo que resuelva la mesa de reglas de origen, donde los estadounidenses proponen reconocer al producto como ecuatoriano solo si es capturado por barcos de bandera andina o de EE.UU.

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Los atuneros nacionales argumentan que dicha norma restringiría el acceso real de las conservas enlatadas a EE.UU., mercado que representa $ 120 millones al año, pues la mitad de la producción ecuatoriana es capturada por buques extranjeros.

Una de las salidas es la posibilidad de que la regla “se abra en el tiempo”, es decir, se vuelva más flexible según el calendario de desgravación.