Se desconocen las causas exactas de este impresionante crecimiento. La semana previa había sido algo atípica; se anunció que las Fuerzas Armadas se incorporaban al nuevo operativo de seguridad y quizás eso volvió cuidadosos a los delincuentes. Pero ahora hemos regresado a la “normalidad” y las cifras vuelven a mostrar una dura realidad.

En ese contexto, el Gobernador de la provincia acaba de poner en marcha la liquidación del servicio telefónico de emergencia 911, que se inauguró hace cinco años con bombos y platillos.

Cierto es que el 911 no cumplía con su función. La crisis de Pacifictel –que por ahora sigue sin solución– arrastró consigo a este servicio que en su momento se lo presentó como una de las claves para el éxito de la lucha contra la delincuencia. Pero la solución, por supuesto, no podrá ser la de acabar con el 911 sino reorganizarlo y volverlo eficiente. Así lo anuncian las autoridades y esperamos que cumplan con su ofrecimiento. La estrategia de lucha contra la delincuencia todavía necesita mejoras sustanciales, y un servicio de emergencia telefónica bien organizado podría ser un importante refuerzo.