Canadá se convirtió en el cuarto país del mundo en legalizar los matrimonios entre parejas del mismo sexo en todo su territorio, tras aprobarse este miércoles una proyecto de ley.

La presidenta de la Corte Suprema, Beverley McLachlin, firmó la propuesta, la cual fue leída en la Cámara de los Comunes y en el Senado y quedó aprobada como ley. Los senadores aprobaron la legislación el martes por la noche, a pesar de la intensa oposición de parte de los conservadores y de líderes religiosos.

La ley concede los mismos derechos a las parejas homosexuales con respecto a las uniones tradicionales entre un hombre y una mujer, algo que era legal en ocho de las 10 provincias del Canadá y en dos de sus tres territorios.

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La ley propuesta por el primer ministro Paul Martin, del Partido Liberal, fue aprobada fácilmente en el Senado, que por lo general ratifica toda ley que haya sido autorizada por la Cámara de los Comunes, que la había aprobado el mes pasado.

Holanda, Bélgica y España son las otras tres naciones que autorizaron los matrimonios homosexuales a nivel nacional.

La ley fue aprobada después de un intenso debate en los tribunales canadienses, que incluso ha dividido a algunas familias, grupos religiosos e incluso aliados políticos.

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Alex Munter, portavoz del grupo Canadienses por la Igualdad Matrimonial _el cual ha encabezado el debate a favor de la ley_, estaba jubiloso el miércoles.   Es una señal al mundo de que Canadá tiene una sociedad abierta e inclusiva que cree en la noción de una ciudadanía plena para todos.

La Iglesia Católica, mayoritaria en Canadá, se ha opuesto con firmeza a la ley, alegando que pone en peligro a la niñez, en particular.