En las oficinas de promoción deportiva del Municipio de Quito labora una de las leyendas del fútbol ecuatoriano, aquel jugador de las décadas del setenta y ochenta que vistió el uniforme del equipo de toda su vida, El Nacional.

Fabián   el Flaco Paz y Miño, de 52 años, sigue ligado al fútbol. Entrena a niños en zonas de riesgo de la Capital y vive junto a su propio mito: la del futbolista que, sin tener fortaleza, marcaba goles.

Llegó a El Nacional a los 17 años para  jugar en primera categoría. En ese tiempo conoció a ese gran rival que enfrentó en innumerables finales: Barcelona.

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Uno de  sus primeros partidos fue en 1971. En ese encuentro jugó ante los toreros  en Guayaquil,  frente a uno de los delanteros que más admira, Alberto Spencer, antes de que se retirara del balompié.

El Flaco recuerda que ganó ocho campeonatos y que protagonizó verdaderas batallas ante Barcelona, que hicieron de estos enfrentamientos “el clásico nacional”. La final que todavía le conmueve es la de 1982, en Ambato. Los criollos triunfaron 2–0 con goles de José Villafuerte y Fernando Baldeón, luego de recibir pases del Flaco.

Hoy, en esta semifinal entre los dos equipos, irá al estadio para apoyar al actual conjunto criollo, que se inspira en el orden táctico y físico que desarrolló la oncena que integró en su momento el Flaco Paz y Miño.