Los últimos cuatro años de levantamientos palestinos dejaron en claro que Israel no podrá ocupar de manera indefinida la Ribera Occidental (Cisjordania) y la Franja de Gaza sin perder su mayoría judía y su carácter democrático.

Gush Katif, el bloque de asentamientos israelíes en el corazón de la Franja de Gaza, es un lugar inusual: una peculiar combinación de alambre de púas y vehículos buggy para las dunas, surfistas y colonos, todos rodeados por más de un millón de palestinos. A lo largo del año pasado, sin embargo, el resurgente centro político israelí, la fuerza de mayor importancia en el conflicto entre árabes e israelíes hoy día, llegó a la conclusión de que este puesto de avanzada de judíos era un puente demasiado lejano, y al ejército le ordenaron que desarraigara por completo a sus moradores como parte de un retiro general de la Franja de Gaza.

En Israel hoy en día el centro político ha vuelto a ganar fuerza y comienza a confrontar a los colonos extremistas, una vez que se ha comprendido el peligro que representan para el futuro del país. Los colonos, por su lado, al igual que niños que han sido malcriados por largo tiempo y finalmente reciben una tunda, se muestran inestables. Es un momento peligroso porque los colonos, que no respetan realmente la autoridad del Estado israelí, probarán lo que sea.

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Cuando estuve en Israel hace dos semanas, un grupo de colonos adolescentes, inspirados por un potente brebaje de fascismo y mesianismo judíos, ocuparon una casa árabe abandonada en Gush Katif para luego garrapatear en uno de sus costados, en hebreo: “Mahoma es un cerdo”. Cuando los palestinos de la casa contigua los vieron, empezaron a lanzar piedras a la casa. Algunos muchachos colonos sujetaron a un adolescente palestino y empezaron a golpearlo con rocas, acto que el Ejército de Israel describió como un intento de “linchamiento”. El muchacho fue salvado por un soldado israelí y un periodista que lo jaló hasta ponerlo detrás de un muro.

¿Por qué escribieron “Mahoma es un cerdo”? La explicación empieza con el resurgimiento del centro político en Israel. La izquierda política de Israel sufrió un duro golpe con el rechazo de Yasser Arafat (el difunto ex presidente de la Autoridad Nacional Palestina) al acuerdo de paz de Camp David. La derecha israelí lo recibió también con los últimos cuatro años de levantamientos palestinos, que dejaron en claro que Israel no podría ocupar de manera indefinida la Ribera Occidental (Cisjordania) y la Franja de Gaza sin perder su mayoría judía y su carácter democrático. El colapso de la izquierda y la derecha de Israel ha creado el Nuevo Centro Israelí.

El Nuevo Centro Israelí quiere, sencillamente, desentenderse de tantos palestinos como sea posible, conservar solamente los asentamientos judíos que colindan con Jerusalén y Tel Aviv, y esperar el surgimiento de una nueva dirigencia palestina.

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Sin embargo, el Nuevo Centro Israelí necesitaba a un líder que tuviera legitimidad y dureza para lograrlo. Este resultó ser Ariel Sharon, el hombre que encabezó al movimiento de colonos y que ahora ha llegado a la conclusión de que Israel debe deshacerse de Gaza para conservar su carácter judío.

La transformación de Sharon ha asestado un gran impacto a los colonos, y muchos han jurado desobediencia.

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“Los colonos creen que la autoridad solamente reside en la Tierra de Israel, no en el Estado de Israel”, destacó Moshe Halbertal, filósofo, en el Instituto Hartman y la Universidad Hebrea. “Ellos insisten en que el Estado no es soberano cuando se trata de la Tierra de Israel. Esta lucha es la Tierra de Israel versus el Estado de Israel”, y el Estado está ganando.

Es por eso que esos jovencitos escribieron “Mahoma es un cerdo” sobre esa casa. Buscan desatar una guerra religiosa entre musulmanes y judíos; una guerra que obligase a todos los israelíes a ponerse del lado de los colonos y abortar la evacuación. Hasta ahora, eso no ha funcionado. El Ejército de Israel borró de inmediato el graffiti “Mahoma es un cerdo”, para arrestar más tarde a los adolescentes que fueron los principales involucrados en arrojar piedras.

“El retiro de la Franja de Gaza es una revuelta de la mayoría israelí que se oponen a ser usados como rehenes por una minoría de colonos”, dijo el escritor israelí Ari Shavit. “Y es por esa razón que los colonos se vuelven locos: porque se han acostumbrado mucho a controlar nuestro destino, sin consideración a quien estuviera en el poder. Ahora, por primera vez, hay un claro mensaje: ‘Ya basta’”.

Sharon describió a los jóvenes colonos que garrapatearon “Mahoma es un cerdo” diciendo que eran "pandillas extremistas que tratan de aterrorizar a la sociedad israelí y desgarrarla en pedazos ofendiendo a musulmanes y violando sus símbolos”.

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Ya es hora de que el mundo árabe-musulmán les llame la atención de la misma forma a sus “mártires” suicidas y predicadores que escupen odio.

The New York Times
News Service.