En atención al reportaje ‘Asentamientos dan forma a la ciudad del futuro’, del 10 de julio, en calidad de líder de la Cooperativa de Vivienda “Balerio Estacio” y actual Consejero (a) de la provincia del Guayas, por el Partido Social Cristiano, me permito explicar y rechazar las afirmaciones.

Balerio Estacio Valencia rechaza rotundamente el calificativo de invasor.

Todas las organizaciones populares que tengo el agra-do de liderar son producto de la compra de tierras a los legítimos dueños de los terrenos.

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Como hermano cristiano que soy y actual Consejero (a) del Guayas, durante toda mi carrera política y dirigencial en los sectores populares no he patrocinado y peor aún he perjudicado a nadie con la posesión ilegal de tierra, por el contrario he sido la persona que he logrado parar en cierta manera a las invasiones, porque empecé a negociar con los dueños de las tierras.

En una parte del reportaje se toma la versión de un “propietario” con el que yo habría hecho alguna transacción y señala, refiriéndose a mi persona: “lo que hago es chantajear, el planteamiento es o me vendes o te invado. Los precios que se pagan son irrisorios, no obedecen a la realidad”. Todo esto es falso, de falsedad absoluta, ya que nunca he estado acostumbrado ha expropiarme de algo que no me pertenece y peor aún andar chantajeando al prójimo.

De igual manera en nombre propio rechazo las afirmaciones vertidas por un sociólogo, que al ser entrevistado sustenta que los dirigentes que aparecemos en el reportaje, entre ellos mi persona, somos “mercaderes de la pobreza urbana y que todos hemos formado empresas informales de urbanización”. El comunicador social y el sociólogo antes mencionados no pueden generalizar, ya que habemos personas que verdaderamente actuamos apegados a la Ley y al Derecho.

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Debo aclarar también que en mis asentamientos populares no se dan abusos de autoridad, ya sea a través de sus dirigentes o de mi persona en particular, como hermano cristiano que soy no puedo, no debo, ni tengo la facultad para atropellar o maltratar física o verbalmente a algún socio, porque todos somos hijos de Dios y nos merecemos respeto.

Informo esto a la opinión pública por cuanto el contenido del reportaje publicado pudiera generar un juicio de valor distinto de las acciones que desarrollo en todas las cooperativas que Dios me ha dado la oportunidad de liderarlas.

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Pastor Balerio Estacio Valencia
Guayaquil