La creación de este sistema de contratación laboral, a mi entender, beneficiaba tanto al empleador como al empleado, protegiendo al trabajador eventual con afiliación al IESS, entre otras cosas, y al empleador le asegura mano de obra calificada, aumentando su producción sin incrementar su nómina laboral. Analizándolo bajo esta óptica fue un beneficio para el país; desgraciadamente –en el Ecuador la corrupción es parte del sistema–, el complemento que se pensó que sería este sistema al mecanismo laboral, se está constituyendo en la regla, debido a que las tercerizadoras se han de manejar con dos o más números patronales, permitiendo de esta manera despedir y contratar al mismo empleado sin necesidad de renovar personal, siendo para las empresas mejor este tipo de contratación, quitándole al trabajador el derecho a utilidades, fondos de reservas, comisariato, seguro, etcétera.

El Ministerio de Trabajo deberá analizar a fondo y tomar las correctivos necesarios, obligando a que cumpla el objetivo para el que fueron creadas las tercerizadoras y que el afiliado al IESS ¡no se encuentre con la sorpresa que la corrupción le robó estos derechos!

Colón Quiroz Ferruzola
Guayaquil