Ecuador fue el último país de la gira sudamericana de la agrupación europea que se fundó en 1996. Antes estuvo en Argentina, Uruguay y Chile.

Philippe Ménard, director artístico y actor de la compañía francesa Non Nova, hizo vibrar y reír a carcajadas al público que se agolpó el pasado martes en el MAAC Cine para ver el espectáculo Ascensor, fantasmagoría para elevar las gentes y los fardos.

El artista subió al escenario a las 20h15. Tras una cortina fina de tela oscura, que estaba como fondo de la escenografía, inició el jugueteo con cinco pequeñas bolas blancas que, a veces, reducía a tres.

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La puesta en escena trató sobre un día en la vida de un malabarista que desea crear un show y no sabe cómo volverlo maravilloso. Ménard permaneció solo en la construcción de la historia.

Estuvieron sobre las tablas elementos como un florero, dos lámparas, un asiento inflable, cuatro vidrios (simuladores de espejos) y persianas horizontales. Atrás de estas últimas y delante de ellas él  inventó su espectáculo.

También jugó con un globo, al que le daba ligeros toques con la punta de los dedos y mientras este se alzaba, el malabarista adoptó varias posiciones de danza, teatro o acrobacia.

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La imaginación del personaje reunió otros recursos que se volvieron técnicamente importantes para dar un sentido divertido al montaje. Constaron  el  clown, el video, la música y las luces.

El sonido que marcó el ritmo de la preparación del show  fue el que producen las manecillas del reloj. Las reproducciones en video de Ménard lo mostraban sosteniendo con una mano artículos livianos como un cartón o una boya, mientras que con la otra hacía elevar las pelotas.

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Habilidad artística y flexibilidad corporal mostró Ménard cuando colocó una de las pequeñas bolas en su frente o mejilla  y las otras permanecieron en las puntas de sus dedos.