Fue precisamente ante Barcelona, el pasado 15 de junio, en el estadio Olímpico Atahualpa, cuando Robinson Sánchez comenzó a dar pasos firmes para consolidarse como arquero titular de El Nacional. En esa fecha los militares golearon 4-0.

Como ante los canarios, Sánchez salió con su valla invicta en los dos partidos que El Nacional jugó contra Aucas en cuartos de final del Apertura.

Con sus atajadas y las intervenciones riesgosas al momento de chocar con los delanteros rivales, se ganó la titularidad sobre guardametas de experiencia como Giovanny Ibarra y Rorys Aragón. Es decir, la confianza de su técnico Ever Hugo Almeida, ex arquero del Olimpia paraguayo.

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Según dice Sánchez, la clave de este logro fue su paciencia y el buen trabajo del preparador de arqueros, Lorenzo Carrabs Finno, quien   no solo es su maestro en el arco, también le transmitió su devoción por Dios y por San Pancracio, a quien los dos se encomiendan cada mañana para que su trabajo en el arco dé frutos.

El portero, quien nació en Sangolquí, ha esperado seis años para que llegara este momento, con el apoyo de su esposa Liz Manzano y de su hijo Alejandro.  Afirma que mañana (hoy), ante Barcelona, espera repetir sus actuaciones anteriores porque tiene el deseo de ser campeón, lo que lo haría muy feliz.

Tanto como lo será en cuatro meses cuando nazca su primera hija a la que llamará Britanny.