El príncipe Alberto, un soltero con una fortuna estimada en 2.000 millones de euros (2.600 millones de dólares) a quien se le atribuyen numerosos romances, reconoció el 6 de julio pasado ser el padre de Alexandre, de casi 2 años, nacido de una relación con una francesa de origen togolés.

Este niño, ha recordado el príncipe, no podrá acceder al trono ya que la  ley monegasca reserva la sucesión a la descendencia legítima por un matrimonio  civil y católico.

El nuevo soberano también indicó el lunes, en una entrevista a la televisión francesa, que está informado de otras demandas de  paternidad. “Si son ciertas o no responderemos cuando llegue el momento”, declaró.

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De Alexandre, el príncipe dijo haberse sorprendido por la forma en que se dio a conocer de su existencia. “Quería proteger al niño, no quería que eso hiciese ruido en la prensa”.

Agregó que “a este niño no le faltará   nada”, pero “eso pertenece a mi vida privada”.