En total cuatro artefactos explosionaron este martes en las proximidades de una central eléctrica situada en la localidad vasca de Amorebieta (Vizcaya, norte español) sin que se hayan registrados heridos, informaron fuentes policiales.

La explosiones se produjeron entre las 14h05 y las 14h15 hora local (12h05 y 12h15 GMT) después de que la banda terrorista ETA anunciara en una llamada al diario vasco "Gara" que cuatro artefactos harían explosión en la citada instalación.

Hasta el momento, se desconoce si ha habido daños personales, aunque la policía autonómica vasca (Ertzaintza) había desalojado a los trabajadores de la central y a los de una empresa próxima.
Varios testigos presenciales, entre ellos el alcalde de Amorebieta, David Latxaga, aseguraron  que las explosiones fueron de escasa potencia.

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El que parece un nuevo atentado de la banda terrorista ETA se produce diez días después del estallido de un coche-bomba en Madrid.

El pasado 25 de junio ETA hizo explotar un automóvil en la explanada que sirve como aparcamiento del estadio olímpico de Madrid causando tan sólo daños materiales.

Las acciones terroristas de ETA se producen en medio de la polémica sobre un eventual diálogo del Gobierno con ETA si abandona las armas.

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El pasado 17 de mayo, el Congreso de los Diputados, Cámara baja del Parlamento español, aprobó una moción presentada por el mayoritario grupo socialista, que autoriza al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a establecer contactos con ETA si renuncia a las armas.

La moción fue respaldada por todos los grupos, a excepción del conservador Partido Popular (PP), que argumenta que los últimos atentados demuestran que es un error tender la mano a ETA.

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Desde que el 30 de mayo de 2003 ETA cometiera su último atentado mortal, con el asesinato de dos policías nacionales en la región de Navarra (norte), la banda terrorista apenas ha atentado contra los que antes se consideraban sus objetivos tradicionales, como acuartelamientos o sedes judiciales y de partidos políticos.

En estos dos años, ETA ha centrado su actividad en la colocación de bombas contra empresas, intereses turísticos e infraestructuras eléctricas y de ferrocarriles en distintos puntos de España.

Este acto terrorista se ha producido unas horas después de la detonación de una cafetera llena de explosivos ante la sede del Instituto Italiano de Barcelona, que causó heridas leves a un policía artificiero.

Las autoridades han atribuido este suceso a presuntos grupos anarquistas radicados en Barcelona.

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