Cuatro policías, tres de los cuales eran oficiales, murieron en diversos actos de violencia el martes en Bagdad y al norte de la capital, mientras el ministro de Defensa decidía conceder una pensión a las familias de los reclutas muertos el domingo en un atentado.

El capitán Manhal Salem, guardaespaldas de un alto funcionario del  ministerio del Interior, fue asesinado a balazos ante su edificio de Zayuna  (sudeste de Bagdad), según una fuente de dicho ministerio.

También en el este de la capital, el coronel de policía Amer Mozar fue  asesinado por hombres armados cuando circulaba en su automóvil, y su chofer fue  herido, añadió la misma fuente.

Publicidad

En Baaquba, a 60 km al nordeste de Bagdad, un policía murió y otro fue  gravemente herido por una bomba que estalló al paso de su vehículo, en el  centro de la ciudad, según la oficina de información policial local.

Hombres armados también mataron al capitán de policía Tayssir Alí e hirieron a dos de sus hijos cerca de su domicilio, en el centro de Baiji, a 200 km al norte de Bagdad. Este oficial estaba encargado del enlace entre las fuerzas iraquíes y las norteamericanas, precisó el capitán del ejército Alí  Yussef.

Por otra parte, el ministro de Defensa, Saadun al Dulaimi, decidió "considerar como soldados en forma póstuma a los reclutas muertos en el  atentado criminal que tuvo lugar el domingo en la entrada del centro de reclutamiento, cerca del aeropuerto de Muthana, y conceder una pensión a sus familias", señaló el martes un comunicado de ese ministerio.

Publicidad

También decidió "aceptar como soldados a todos los heridos en dicho atentado", añadió el ministerio.

Un kamikaze que llevaba un cinturón con explosivos los hizo volar ante el centro de reclutamiento del antiguo aeropuerto de Muthana. Este atentado dejó 19 muertos y 41 heridos, en su mayor parte reclutas, según fuentes médicas.