Como se había anunciado, cientos de huaoranis marcharon esta mañana por las calles de Quito, como medida de reclamo en contra de la compañía petrolera  brasileña  Petrobras, que comenzó a operar en las instalaciones del Parque Nacional Yasuní, al límite de su territorio.

Según un reporte de Gamavisión, la comunidad  huaorani desfiló mostrando toda su cultura indígena y a la vez indignación por el incumplimiento de Petrobras al no respetar el pago de $200.000 anuales para el desarrollo de la zona. Ahora no esperan ningún acuerdo y solo quieren la salida de la empresa.

Enrique Ehuenguime, uno de los dirigentes, aseguró que la actual situación ya no es negociable. “Nosotros estamos unidos, y no vamos a coger plata unos para dejar morir a los demás, eso no “.

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Por su parte, las autoridades de hidrocarburos analizan si hubo o no imcumplimiento de Petrobras en los convenios establecidos. Carlos Pareja, presidente de Petroecuador, indicó que “los contratos y la ley son clarísimos en este tema, entonces hay que ver cuál ha sido la   falta de la empresa para llegar a una solución”.

La movilización de  unos 120 huaorani, entre hombres, mujeres, niños y ancianos,  se dio desde el parque de El Arbolito, en el centro moderno, hasta el Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo en pleno casco colonial, rechazando pacíficamente la presencia de Petrobras y otras compañías extranjeras en sus territorios, donde entregaron un documento que contenía su exigencia.

Ayer también realizaron una proclama en la cual instaron al presidente brasileño Inacio Lula da Silva para exigir que la petrolera  Petrobras suspenda sus operaciones en la selva de la Amazonia ecuatoriana, donde habitan varias etnias aborígenes.

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Algunos hombres marcharon desnudos y armados de lanzas de madera, como es su costumbre, mientras varias mujeres anduvieron apenas con taparrabos elaborados con fibras naturales, llamando la atención de la gente, que temerosa se acercaba a observarlos.

Los huaorani, cuya población llega a cerca de 2.000, habitan las provincias amazónicas de Napo, Pastaza y Orellana, concentrándose en ésta última el Parque Yasuní, declarada área protegida y reserva de la biosfera.