Forrados de heno y sostenidos por una maraña de cuerdas rústicas, los zapatos de cuero que le sirvieron a Oetzi, el hombre de hace 5.300 años que fue hallado congelado en un glaciar alpino en 1991, son mucho mejores que los zapatos más modernos, según el experto checo Petr Hlavacek. (AP)