“En la década del noventa se vivió una emergencia del movimiento indígena que incidió en las reformas constitucionales, por lo que habría un cierto avance basado en la lucha del movimiento, pero también existen retrocesos a la hora de aplicar los derechos por parte de los gobiernos”, dijo.

Indicó que el panorama es más preocupante en países que tienen una fuerte población indígena como Ecuador, Bolivia, Guatemala y México, o el caso de Colombia, donde los actores involucrados afectan y atacan al movimiento indígena, incluidas las fuerzas regulares.

Agregó la ex canciller que encontrar soluciones es tarea de todos y señaló que en los gobiernos “hay posibilidades y límites”.

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