¿Son las armas biológicas de destrucción masiva una amenaza para Europa, Estados Unidos, Medio Oriente o Asia? La realidad es que esta amenaza planea sobre el mundo entero pues los virus, bacilos y toxinas no reconocen fronteras en este mundo globalizado donde los continentes se han unido para lo mejor y para lo peor. En América Latina, algunos bacilos como el ántrax, de origen animal, habitan allí en estado natural. La comunidad internacional, consciente de que la Convención de Ginebra de 1972 contra las armas biológicas no ha sido respetada como debe ser, su inquietud actual es por el acceso de ciertos terroristas a ese material, pues se trata de gente con un total desprecio por la vida ajena y la propia.

Sobre los aspectos diferentes de esa amenaza temible, el embajador François Rivasseau, representante permanente de Francia ante la Conferencia de Desarme de Naciones Unidas, acompañado del general Hugues de Courtivon y de Mikaël Griffon, asesor de la Misión de Francia ante la ONU de Ginebra, concedió una entrevista exclusiva a EL UNIVERSO el 23 de junio, durante su participación en la tercera reunión anual de los estados-parte en la Convención sobre las armas biológicas. Señala el Embajador que hoy la amenaza no viene de los estados, pues 154 han firmado y ratificado la Convención, comprometiéndose a respetarla, y que, en efecto, el problema mayor viene del terrorismo que podría enfocar el material biológico para sus propósitos.

Por otra parte, los Estados Unidos y Rusia debieron destruir sus reservas del virus de la viruela en 1999, no obstante ambos siguen guardando muestras. ¿Por qué hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) acopia reservas de vacuna antivariólica a pesar de considerarse erradicada desde 1980? De todas maneras, si surgiera un brote de esta enfermedad, no existen suficientes vacunas en el mundo para hacerle frente. Al abordar este tema, Rivasseau manifiesta que la reserva de la OMS es una medida de precaución debido a informaciones recibidas hace algunos años, que dieron a pensar que ciertos grupos podrían tratar de manipular agentes de la viruela en la naturaleza para hacer daño a la humanidad.

Interrogado sobre el tipo de vigilancia que se realiza en laboratorios alrededor del mundo, en particular aquellos que pasan desapercibidos en los países pobres, el Embajador puntualiza que para los programas de defensa contra las armas biológicas se precisan vacunas, y para obtenerlas se trabaja con agentes patógenos peligrosos, por lo tanto, persiste el riesgo que estos agentes se dispersen en el ambiente, afectando a la población civil. “He ahí la importancia de proteger los laboratorios que trabajan con agentes biológicos sensibles y peligrosos y es una de las medidas que estamos tomando, en colaboración con los estados, a fin de fortalecer la seguridad de los laboratorios y entidades encargadas de la protección contra armas biológicas en todo el mundo”, concluyó.

En realidad, es muy poco lo que sabemos sobre las medidas preventivas o terapéuticas contra las armas biológicas, excepto que elaborar algunas de ellas es muy fácil y que, en general, son mortales.