Policías aún continuaban ayer en la búsqueda de cadáveres dentro del subterráneo del metro londinense.

Cadáveres atrapados en el metro de esta ciudad erán aún buscados ayer, luego de los atentados terroristas ocurridos el pasado jueves que causaron por lo menos 50 muertos y 700 heridos.

En tanto, las investigaciones analizan las coincidencias entre los ataques en Londres y los anteriores atentados efectuados por la red terrorista Al Qaeda, el pasado 11 de septiembre del 2001 en Nueva York, y el 11 de marzo del 2003 en Madrid.

Las horas pico en las mañanas, los medios de transportación masivos y los tipos de explosivos son coincidencias entre esos atentados.

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Según datos oficiales emitidos ayer por la policía Scotland Yard, ningún sospechoso ha sido detenido.
Familiares de desaparecidos han colocado fotografías cerca de los lugares de los ataques.

Desesperados londinenses buscaban ayer a sus parientes desaparecidos después de los ataques con bombas a la red de transporte el pasado jueves, presuntamente cometidos por Al Qaeda, que causaron más de 50 muertos, mientras equipos de rescate intentaban recuperar cuerpos.

Los temores de más ataques mantuvieron a los trabajadores londinenses y a los mercados financieros intranquilos, al tiempo que autoridades alrededor del mundo permanecían en alerta ante amenazas de militantes islámicos de que podrían atacar otros países que, como Inglaterra, enviaron tropas a Iraq.

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El día después de que los cuatro ataques con bombas golpearan tres trenes subterráneos y un bus de dos pisos, muchos trabajadores tomaron el día libre, pero otros se dirigieron a sus empleos utilizando la golpeada red de transporte, algunos temerosos y otros desafiantes.

La policía confirmó la muerte de 50 personas, pero trabajadores de los servicios de emergencias estaban todavía retirando cuerpos atrapados en los túneles del tren subterráneo donde la policía dijo que había escenas de un “horror extraordinario”.

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Musulmanes en el mundo entero lamentaron las muertes y condenaron las bombas en plegarias, pero expresaron también su temor por represalias contra el Islam.

La Reina Isabel reflejó el ánimo de muchos, durante una visita a heridos en un hospital, cuando dijo que Gran Bretaña no se intimidará.

Sicólogos y expertos consideran que la experiencia de décadas de ataques con bombas del Ejército Republicano Irlandés en el pasado, podría ayudar a los londinenses a lidiar con el trauma, así como la capacidad de adaptación durante los destructivos ataques a Londres en la Segunda Guerra Mundial.

El jefe de la policía de Londres, Ian Blair, dijo que más de 50 personas murieron en las explosiones y 700 resultaron heridas. En el ataque al bus de dos pisos hubo 13 muertos.

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La policía todavía no logra llegar a uno de los vagones afectados por las explosiones cerca de la estación Russell Square. Blair dijo que no hay sobrevivientes atrapados y que la tarea principal se centrará en retirar los cuerpos.

Andy Trotter, de la policía de transporte británica, expresó que “este era un tren subterráneo, en la hora pico en el centro de Londres, con varios cientos de personas a bordo”.

Andy Hayman, de Operaciones especializadas de la policía, dijo que enfrentan posibles colapsos en los  túneles y sustancias peligrosas.

La policía afirmó que no tuvo una advertencia específica de unidades de inteligencia sobre los ataques y el ministro del Interior resaltó que las explosiones fueron “completamente sorpresivas”.

Mientras, el temor de que ocurran nuevas explosiones mantenía en vilo a los trabajadores y los mercados.

“Tenemos que tener (...) máxima consideración con el riesgo de otro ataque y esa es la razón por la que todos nuestros esfuerzos hoy están enfocados en identificar a los autores y llevarlos a la justicia”, dijo el ministro del Interior, Charles Clarke, a la BBC.

Gran Bretaña es un firme aliado de Estados Unidos en la guerra en Iraq y ha estado en alerta desde los ataques de Al Qaeda del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU.

Los ataques convulsionaron los mercados financieros, pero los precios del petróleo se recuperaron ayer a cerca de 61 dólares y los analistas decían que las explosiones tendrían un impacto limitado sobre la economía mundial.

Las acciones británicas se recuperaban pese al descenso de la libra en relación con el dólar.
“En el mercado aún hay algo de prima de riesgo de terrorismo”, dijo un estratega en un banco londinense.