Los atentados del pasado jueves en Londres, al inicio de las reuniones del Grupo de los Ocho países más ricos (G-8, Alemania, EE.UU., Gran Bretaña, Japón, Francia, Italia, Canadá y Rusia), le permitieron al presidente norteamericano, George W. Bush, ubicar nuevamente en primer plano la lucha contra el terrorismo.
“La guerra al terrorismo continúa”, aseguró Bush.
El G-8 reconoció como prioridad reducir la amenaza que representan los terroristas en activo y sus colaboradores, pues “al igual que ellos, también nosotros debemos operar con flexibilidad e internacionalmente”.
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“Las respuestas de los gobiernos, la Policía y los servicios secretos deben estar mejor coordinadas”, admite la declaración del G-8, que insiste en la necesidad de aumentar la cooperación, el intercambio de informaciones y mejores normas de seguridad para el ferrocarril y el metro.