El premio Nobel de Física Steven Chu anunció que su laboratorio investiga un nuevo combustible, generado a partir de las termitas y sus microbios, y que espera reduzca la dependencia del petróleo como fuente de energía.

La bionergía producida por mutaciones genéticas no contamina el medio ambiente, mientras que los organismos vivos se multiplican y son reciclables, dijo.

Las termitas crean energía que los parásitos utilizan para convertir la celulosa del insecto en más energía y esta simbiosis inspiró a Chu la creación de nuevos microbios genéticamente modificados que produjesen más hidrógeno y metanol del que necesitan.