El pasado miércoles, el Teatro Centro de Arte fue testigo de las carcajadas del público que asistió a la III Maratón del Humor. La presencia de la profesora Norma Lixta (personaje que interpreta el ecuatoriano Lucho Mueckay) marcó el inicio del espectáculo.

La historia política del país fue contada a través de las vivencias de este personaje, quien confesó que le habían dado dos millones de sucres (cuando el país aún no estaba dolarizado) para matar al presidente. “Pero no pude por mis principios, aunque ganas no me faltaron... más cuando Jamil asumió el puesto y el millón que me sobró –tras pagar deudas e ir a la playa a un hotel cinco estrellas– se transformó en  400...”.

Luego de media hora de reír con Norma Lixta, apareció en escena el panameño Juan Bravo, quien se da a conocer como el Chiquitín de mama, aunque mide 1,98. Vestido de terno negro, él empezó la maratón contando la historia de su prima, quien era extremadamente fea. Sin duda el personaje era ficticio y propicio para todas las bromas que hizo al respecto y que los presentes disfrutaron, al igual que las ocurrencias de Pepito.

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Acto seguido, el Chiquitín de mama y Norma Lixta se juntaron en el escenario.  Hablaron de matemáticas, de inglés, de gramática... y la audiencia no paró de reír. Igual sucedió cuando Raymundo Zambrano prosiguió con la maratón, en la piel de Don Pascual, ese personaje de campo que entre amorfinos, coplas y cuentos rescata la tradición oral de los pueblos costeños.

“Como mi tío abuelo decía: San Pedro tuvo una moza, San Pablo se la quitó y si eso hacen los santos por qué no lo voy a hacer yo”, dijo en alusión al enamoramiento y la infidelidad.

Zambrano tuvo 30 minutos para entretener a la gente y cual competencia deportiva, le cedió la posta al venezolano Emilio Lovera, quien habló del significado que las palabras tienen en cada país y lo importante que es para la salud decir groserías e insultos. Su compatriota Laureano Márquez sustentó con variados ejemplos su teoría de que el subdesarrollo es un modo de vida feliz.

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Lovera y Márquez se juntaron luego para dizque interpretar una canción, la cual finalmente fue “centro de psicoanálisis”. Los octogenarios personajes Tuco y Manuco, que encarnan Mueckay y Zambrano, dieron fin con sus ocurrencias a las tres horas de humor que se vivieron en el Centro de Arte. La Maratón continuará mañana, a las 19h30, en la Plaza de Artes y Oficios (Centro Cívico). Las entradas cuestan 7 y 10 dólares.