En el Terminal de Combustibles de PascuaIes un dirigente gremial decide discreciona1mente quiénes pueden transportar combustible. El método, mejor dicho el abuso, consiste en impedir con medidas de hecho la ejecución de los contratos de transporte que no cuenten con su beneplácito.

Al amparo de un contrato de transportación firmado con una comercializadora, el día 22 de junio del 2005, cuatro vehículos de la compañía Transportes Líger, con sus respectivos conductores, acudieron a la terminal a cargar combustibles y, pese a contar con las órdenes de despacho correctamente emitidas, no pudieron cargar porque este dirigente gremial, Aníbal Alvarez, lo impidió. La historia se repitió siete días después, no obstante haber presentado una queja a nivel de la gerencía de Petrocomercial por el primer incidente.

Hay funcionarios que están convalidando estas prácticas prohibidas con su silencio, pues, de la boca para afuera aceptan que esto es incorrecto y que ellos están obligados a honrar su relación contractual con las comercializadoras haciendo cumplir las órdenes de despacho, pero en la práctica no las hacen cumpIir, de modo que este dirigente gremial tiene las extraordinarias para correr del terminal, a la fuerza y con medidas de hecho, a cualquier transportista que no lo quiera en el negocio.

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Ya no tiene sentido que las comercializadoras liciten los contratos de transporte de combustibles, porque la suerte de los contratos la decide en el terminal este dirigente. Como no tiene quién le ponga freno a él le basta con bloquear el ingreso o la operación de carga a quien no quiere que transporte combustibles.

Marco Antonio Líger Calvopiña
Guayaquil