La decisión de un juez de encarcelar a Judith Miller, la reportera del diario The New York Times que rehusó testificar sobre sus fuentes, ha causado conmoción en los medios de Estados Unidos, que debaten el impacto del caso en el periodismo.

Miller pasará cuatro meses en prisión por una historia que investigó y nunca escribió.

Diversas entidades han expresado su preocupación, al considerar que la batalla legal contra Miller y un reportero de la revista Time (que aceptó testificar y no irá a prisión) pone en peligro el libre flujo de información y envía un mensaje equivocado.

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“Es un serio revés para la libertad de prensa”, afirmó Rafael Olmeda, presidente de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos.

Olmeda instó a los legisladores estadounidenses a aprobar una ley que permita mantener la confidencialidad de las fuentes, una propuesta que se debate en la Cámara Baja.

Bill Chamberlin, experto en temas sobre la libertad de prensa, afirmó que impulsar esa ley es “una necesidad”.

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“En el caso Watergate (el escándalo de espionaje político que provocó la caída del presidente Richard Nixon y que destapó el diario The Washington Post) los periodistas sirvieron al interés público gracias a su capacidad de proteger a sus fuentes”, dijo.

Chamberlin aseguró que Matthew Cooper (de la revista Time), Miller y el otro periodista implicado, Robert Novak (que presuntamente se habría librado de la cárcel por haber testificado), hicieron pública “información crítica que revela cómo opera el Gobierno”.

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La ocupación de la agente secreta de la CIA Valerie Plame se supo pocos días después de que su marido, el ex embajador Joseph Wilson, refutase la acusación del presidente George W. Bush, de que Saddam Hussein intentaba comprar uranio en Níger para crear una bomba atómica.

Wilson afirmó que la filtración fue una medida de represalia de la Casa Blanca.

“El aprobar una ley federal para que los reporteros no se vean obligados a testificar es un error”, dijo Tom Fitton, de un organismo contra la corrupción gubernamental.

The New York Times agradeció ayer a Miller que haya “aceptado ir a la cárcel antes  que revelar las fuentes de una información confidencial", en  nombre del derecho a informar y la libertad de prensa.

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