En los estados Utah y Tennessee  cazainmigrantes protestan por la llegada de  indocumentados.

Unos cien miembros de las milicias civiles Minuteman manifestaron ayer contra los bancos que permiten a los inmigrantes ilegales abrir cuentas con documentos de identidad emitidos por el Gobierno mexicano.

Wally McCormick, uno de los dirigentes de los Minuteman, atribuye a la inmigración ilegal toda clase de males: epidemias, auge de la delincuencia, desempleo entre los estadounidenses, mal funcionamiento de los sistemas de bienestar social.

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Dice que seguirá en la lucha hasta que en el país vuelva a reinar la seguridad y EE.UU. esté nuevamente en manos de sus ciudadanos.

McCormick participó del Proyecto Minuteman que en abril patrulló la frontera entre México y Arizona. Luego inició el proyecto en su estado de Utah y piensan desplegar una nueva patrulla en la frontera con 14.000 a 20.000 personas.

Utah es un estado sin fronteras internacionales, a 750 kilómetros de México.

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Nos atacan debido al color de nuestra piel. No apuntan a los asiáticos. No apuntan a los canadienses o europeos, dijo Tony Yapias, ex director de la Oficina de Asuntos Hispanos de Utah.

Mientras en Morristown, Tennessee, a casi 3.000 km de la frontera entre México y Arizona, las patrullas civiles en busca de indocumentados han generado polémicas y el miedo a la justicia por mano propia.

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Los Minuteman Voluntarios de Tennessee militan contra una supuesta invasión de extranjeros ilegales, en particular de origen hispano, y contra quienes les dan trabajo.

La población hispana está creciendo, sobre todo en el sudeste, en Tennessee, donde las cifras se han triplicado en la última década.