La sonda Impacto Profundo puede haber perdido la oportunidad de observar el cráter causado en el cometa Tempel 1, debido a la gran cantidad de material despedido en la colisión, informó ayer la NASA.

El pasado lunes, un proyectil lanzado desde la sonda chocó con el cometa a una velocidad de 37.000 kilómetros por hora, con el objetivo de estudiar el material de que están compuestos los cometas, su formación y evolución.

El proyectil, que tenía un peso de más de 370 kilos, envió imágenes del cometa hasta segundos antes de chocar, pero no ha sido posible observar el cráter causado por el impacto, debido a que la nube de material liberada en la colisión fue más grande y brillante de lo que se esperaba.

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Sin embargo no todo está perdido, pues los científicos tienen métodos indirectos para determinar las dimensiones del cráter, calculando el volumen de material liberado o utilizando sistemas de procesamiento de imágenes para determinar el radio y profundidad del impacto.

Según Paul Roche, director del Telescopio Faulkes en Hawai, el cometa aún está despidiendo material y aseguró que si el impacto es lo suficientemente profundo, podría seguir saliendo material por semanas o meses.

Como otros cometas, el Tempel 1 contiene material “prístino”, es decir sin cambios desde la formación del Universo y oculto bajo una “corteza” exterior que ha impedido su contacto con la luz solar desde hace 4.600 millones de años”, dijo Jessica Sunshine, científica de la misión.