La nave Deep Impact, que no se quedó en la órbita del cometa Tempel 1, seguirá enviando datos  a la Tierra, pero los especialistas del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) y el instituto de Caltech (California) no descartan prolongar su misión, señaló ayer el diario español El País en su página en internet.
Rick Grammier, jefe de la misión, informó que la nave está en perfecto estado, pero se examinarán todos sus sistemas antes de enviarla a otro destino, lo que deben decidirlo antes del 24 de julio.

Los expertos estudian la posibilidad de dirigir a la nave Deep Impact hacia el cometa Boethin, al que llegaría en tres años y medio, que se acerca al Sol cada once años y fue descubierto en 1975.

La nave no lleva otro proyectil en la recámara y una vez disparado el del lunes, la estrategia de observación del cometa Boethin sería diferente de la del Tempel 1.
Asimismo, en enero próximo llegará a la Tierra un contenedor de  partículas que tomó el año pasado  la nave Stardust de la NASA de la cola del cometa Wild 2.

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Y en el 2014, la nave europea Rosetta de la ESA se encontrará con el cometa Churyimov-Gerasimenko, al que enviará  una sonda para tomar datos en la superficie.