Más de 800 menores se reunieron entre el sábado pasado y ayer en el colegio Balandra Cruz del Sur, en el tercer  campamento para cheerleaders.

En el patio principal, frente a una tarima, se ubicaron entrenadores chilenos y ecuatorianos que dieron instrucciones a quienes incursionan  en este deporte.

Los asistentes, cuyas edades varían desde los 5 años hasta los 25, en largas filas siguieron cada paso de baile para calentar los músculos. 

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“Cada vez hay más gente interesada en lo que hacemos. Eso es importante”, dijo Fernanda Castillo, de 14 años, quien participó en el acto.

“Trataremos de aprender lo que más podamos porque aquí aún no hay mucha gente especializada en esta disciplina”, dijo Carla Cevallos, otra joven de categoría intermedia en cheerleading.

Estudiantes de colegios fiscales y particulares de Guayaquil, Quito, Babahoyo, Salinas y Milagro, las universidades Central, Politécnica, Católica, ESPE y la Federación de Cotopaxi, se dividieron por categorías para hacer las prácticas.

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La elasticidad y destreza de los jóvenes fue puesta a prueba por los partners (compañeros) chilenos que enseñaban cómo realizar los movimientos compartiendo el peso de sus cuerpos para ganar agilidad.

En un ambiente de camaradería Iván Roldán y su compañera Nicole compartieron con grupos mixtos y avanzados.

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“El objetivo es que conozcan la actividad y masificarla, mostrar nuevas técnicas y tendencias para que los diferentes grupos mejoren su nivel, aprendan a compartir y se unan”,  manifestó  Roldán.

“Lo más importante es que aprendemos divirtiéndonos”, aseguró Karina Manzur, quien lleva más de tres años como cheerleader. Se inició cuando estaba en el colegio y ahora en la universidad continúa con esta actividad que señaló la ayuda a estar sana y  mantener su figura.

“Ojalá que en Ecuador crezca el interés y se organicen más campeonatos y tengamos más apertura”, concluyó.