El sitio no cuenta con servicios básicos. Pertenece a Baba, pero está más cercano a Puebloviejo.

Un siglo, según sus habitantes, tuvo que pasar para que el  recinto Campo Alegre tenga una razón para enorgullecerse de su nombre. La energía eléctrica llegó a este sitio.

Los más entusiastas por la novedad fueron los niños, quienes generalmente se encerraban en sus casas a las 18h00. Con luz artificial los menores juegan hasta las 23h00 en una desnivelada cancha de tierra.

Este pequeño poblado, ubicado a once kilómetros de Puebloviejo, pero que jurídicamente pertenece a Baba, no cuenta con los servicios básicos.

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El agua la obtienen del río, no hay teléfonos, la única dependencia estatal es una escuela y solo se llega al sitio por un camino lastrado por el que unas camionetas prestan servicio de 06h00 a 17h00, es decir, antes de que anochezca.

Por eso las tres lámparas de alumbrado público que rodean el centro de la población son el atractivo. Mientras los pequeños juegan y corretean, los adultos conversan animadamente bajo la luz artificial.

El pasado
El nombre del recinto tiene su historia. José Muñoz y Macaria Barzola, los primeros habitantes, eran devotos de  Santa Rosa  y con frecuencia hacían reuniones para celebrar  el cumpleaños de algún morador y en medio de los cantos y la chicha, la gente se sentía cómoda en el lugar que era el centro de todos los caseríos de la zona, por lo que los propios residentes comenzaron a decir que este campo era muy alegre.

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Alejandro Zúñiga Muñoz, de 64 años, y descendiente de la cuarta generación de la familia Muñoz que fundó el lugar, recordó que desde 1998 empezaron a visitar a las autoridades seccionales para solicitar que les hiciera llegar la energía eléctrica al recinto; el Consejo Provincial de Los Ríos fue el que respondió el pedido.

El  23 del mes anterior, cuando el reloj marcaba las 18h00, se encendieron por primera vez tres luminarias en el recinto lo que fue celebrado con juegos pirotécnicos, gritos y abrazos entre los moradores que se agruparon en una cancha de fútbol,   en la mitad del poblado, para conversar, reír y recordar el pasado de oscuridad.

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“No sabe la alegría que nos da tener luz; en mi pequeña tiendita voy a tener que comprar una refrigeradora para las colas y una licuadora para hacer batidos”, dijo Juana Méndez, quien reside en el lugar.

Su voz baja de tono y en forma pausada agregó que guardará como recuerdo el candil, la Petromax, que la alumbró en las noches.

Zúñiga también interviene y dice que su refrigeradora vieja a queroseno quedará a un lado y comprara otra a corriente.

Pero no solo  Campo Alegre se beneficiará con la energía, también otras comunidades vecinas. Freddy Yagual Campi, técnico del Consejo Provincial de Los Ríos, que dirige  el proyecto de electrificación, aseguró que incluirá los recintos Mapancillo, La Petra, Uña de Gato, La Jovita, Los Cañalitos, San Francisco, Cacahual de Abajo y de Arriba y Tierra Colorada.

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ENERGÍA

BENEFICIADOS
El proyecto de electrificación abarca a diez poblados que comprenden 450 familias, los que tienen como centro de reuniones el recinto Campo Alegre,  agrupados en la Asociación Agrícola Santa Rosa.

DEVOCIÓN
Los moradores de Campo Alegre son devotos de Santa Rosa para lo cual le han levantado una capilla  donde escuchan misa una vez a la semana. Tienen una escuela  que funciona en dos sitios por falta de infraestructura  y un tanque elevado que desde hace diez años   que fue construido no funciona por  falta de electricidad y no cuenta con bomba de agua.

OTRAS OBRAS
Ahora los moradores solicitan instalaciones eléctricas  en sus hogares, además esperan que las autoridades  edifiquen una escuela, una cancha deportiva y arregle los caminos vecinales.