La insuficiente humedad del suelo hizo que muchas áreas preparadas no se sembraran este año.

Once empresas de balanceados, extractoras y avícolas que asistieron al comité consultivo de la soya obtuvieron licencias para importar de julio a septiembre alrededor de 100.000 toneladas este producto.

Esta decisión la adoptó el subsecretario de políticas del Ministerio de Agricultura, Guillermo Ortega, luego de ocho horas de discusiones sobre la negociación del monto y repartición de la pasta de soya extranjera.

Según los beneficiados, este  cupo cubrirá el  abastecimiento y permitirá contar con un stock de seguridad equivalente a un mes de consumo, es decir unas 35.000 toneladas.

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Sin embargo, la industria para acceder a la materia prima foránea está comprometida con el MAG a comprar la totalidad de la cosecha nacional, sea en grano o pasta a precios pactados con anticipación (31,20 dólares el quintal en grano seco y limpio y $ 330 la toneladas de pasta con 44% de proteína).

Pero existe el descontento de los soyeros, manifestó Wilman García, porque no se contempla el precio actual internacional que está por encima del señalado y por la desconfianza de que lo pactado en papeles se incumple en la cosecha, al tener el agricultor que someterse a los precios bajos de negociantes colombianos o locales porque las fábricas no compran el fréjol nacional.

Además fustigó el dirigente la oferta de miles de toneladas de soya que hizo el directivo de Fenamaíz, César Herrera, al catalogarla como una patraña de alguien que no siembra ni una mata de soya ni goza de credibilidad en el medio.

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Conducta de negociación
A diferencia de los comités consultivos anteriores, no hubo el acta pública firmada por los miembros sobre lo tratado en el evento  y más notoria fue la participación de las extractoras de aceite.

Conforme a lo planteado en el Comité el lunes anterior, 35.250 toneladas se comprarán en grano y 17.040 toneladas en torta y la explicación está en que las industrias avícolas de pollos de engorde alcanzan niveles importantes de integración vertical que incluye la fabricación del pienso.

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Los embarques de pasta de soya que arribaron en junio y los que están por llegar en estos días pertenecen al cupo aprobado a principios de año y según los manifiestos de aduana provienen de Bolivia y los Estados Unidos a un  precio FOB de  230 a 260 dólares la tonelada.

Pero este valor con flote, seguro, descarga, transporte local e impuestos sale puesto en bodega en unos $ 320, observó el vicepresidente de Afaba, José Alfredo Ávila.

“Estamos perfeccionando el mecanismo de absorción de la cosecha, negociando a través de bolsa, cristalizando el sistema de comercialización y auditando. Las relaciones entre nosotros y los agricultores va hacia el logro de alianzas estratégicas, empezando por acuerdos de comercialización”, acotó.