La norma reformatoria permitirá la apertura de peñas y bares en el centro de la ciudad.

Desde hace dos años la calle Numa Pompilio Llona, en el  barrio Las Peñas, cuenta con un sitio donde disfrutar de un piqueo como camarones al ajillo y de beber un vino o una cerveza en un ambiente acogedor, donde se destacan la madera y lámparas con vidrios de colores llamativos.

Ese lugar es La Paleta, una tasca como lo define su dueña Maura Molina, quien explicó que estar rodeada de pintores le dio la idea de llamar así su negocio.

Su ubicación está dentro de los sectores donde ahora podrán funcionar en Guayaquil restaurantes, peñas bailables, bares y cafeterías.

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El pasado 23 de junio el Concejo Cantonal de Guayaquil expidió una ordenanza reformatoria a la ordenanza del 9 de octubre de 1991 y a la del 30 de septiembre del 2002.

Según la actual ordenanza, se autoriza exclusivamente para el desarrollo de actividades de género comercial, restaurantes, peñas bailables, bares, cafeterías, exceptuando la actividad de night club, cabarés o prostíbulos, el sector comprendido en la Av. 9 de Octubre, Juan Montalvo Fiallos, Roca, Panamá, Córdova, malecón Simón Bolívar, malecón del Estero Salado y Numa Pompilio Llona.

Pierina Martos, administradora del bar La Zurda, ubicado en Padre Aguirre entre Rocafuerte y Panamá, consideró que esta ordenanza beneficiará no solo a los actuales negocios, sino a los que se abrirán próximamente en esta zona.

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Martos señaló que el local funciona hace mes y medio y su nombre es en honor al pintor holandés Vincent Van Gogh. En la decoración del bar destacan varios retratos del artista. Los colores llamativos de las paredes hacen atractivo el lugar.

Rafael Cárdenas, administrador del 2,3,4, situado en Rocafuerte y Panamá, se mostró satisfecho con la ordenanza. “Es positivo, porque nuestro negocio es un atractivo turístico que recibe por semana a cerca de 700 personas”.

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Al 2,3,4, que abrió sus puertas al público el 3 de diciembre del 2004, acuden personas entre 25 a 40 años a escuchar música de los años 70 y 80, degustar un café, un trago o coctel acompañado de piqueo, indicó. Los shows en vivo son parte de la atracción.

El restaurante El Rincón Colonial, uno de los primeros negocios asentados en Imbabura y Panamá, inició su actividad hace 22 años en Tomás Martínez y Rocafuerte. Es preferido por nacionales y extranjeros, especialmente europeos, por la comida típica, bebidas y  shows en  fines de semana.

Así lo señaló Miguel Salinas, administrador del local, quien el pasado martes se mostró cauto de que al ser considerado sitio turístico surja una población fluctuante que no convendría al negocio.

El Gran Cacao se suma a los lugares de diversión en esta zona. Es un bar con estilo rústico, preferido por los periodistas y aquellos que prefieren conversar, beber cerveza y escuchar rock clásico.

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El mismo día en que se expidió la ordenanza, el director de Justicia y Vigilancia del Municipio, Andrés Roche, en una entrevista con este Diario, solo mencionó que se estaba planificando una reforma para la calle Numa Pompilio y la escalinata Diego Noboa para darle el estatus turístico a peñas y bares.

Según la ordenanza reformatoria, los locales en los malecones 2000 y del Salado y zonas regeneradas deberán presentar un informe de las fundaciones Siglo XXI y Malecón 2000. En la actualidad no hay sitios disponibles.