"En niveles elevados es una de las principales causas de las afecciones cardíacas y del 7,9 por ciento de las muertes. Si se logra el equilibrio entre el colesterol "bueno" y el "malo", los riesgos de padecer enfermedades del corazón disminuyen notablemente."

Según indican las últimas estadísticas, los niveles elevados de colesterol son responsables de aproximadamente 4,4 millones de muertes cada año en todo el mundo, lo que representa el 7,9 por ciento del total. Esto significa también que el colesterol elevado causa el 18 por ciento de las apoplejías y el 56 por ciento de las enfermedades coronarias globales.

Esto ha llevado a que diversos centros de investigación se dediquen al estudio del colesterol y a que los diferentes gobiernos destinen fondos a difundir los riesgos que conllevan los niveles elevados, a hacer públicas algunas medidas de prevención y a explicar las diferencias entre el colesterol "malo" y el "bueno".

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El colesterol es una sustancia suave y cerosa que se encuentra entre los lípidos (grasas) del torrente sanguíneo y en las células. Es clave para el funcionamiento del cuerpo, ya que es utilizado, por ejemplo, para fabricar las membranas celulares y algunas hormonas. Sin embargo, cuando una persona tiene elevados niveles de colesterol en sangre, corre un riesgo más elevado de sufrir una enfermedad coronaria.

Así como otras grasas, el colesterol no se disuelve en la sangre y es transportado entre las células por las lipoproteínas, que pueden ser de baja densidad (LDL) y de alta densidad (HDL), siendo la primera el vehículo por excelencia del colesterol en la sangre.

Si circula mucho colesterol LDL en la sangre, de a poco puede ir bloqueando las paredes de las arterias que llevan la sangre al corazón y al cerebro, causando arteriosclerosis. Como últimas consecuencias de esta patología se encuentran los ataques cardíacos y los derrames cerebrales, por lo que se denomina "malo" al colesterol LDL.

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Afortunadamente, el colesterol HDL, llamado "bueno", acarrea de las arterias algo del colesterol LDL que se sedimenta en ellas. Incluso, algunos especialistas creen que el colesterol "bueno" remueve el exceso de colesterol malo que forma las placas que bloquean las arterias y disminuye su crecimiento. Como se considera que el colesterol HDL previene contra las enfermedades coronarias, un bajo nivel de colesterol "bueno" (menos de 40 mg/dL) se considera riesgoso.

Los especialistas indican que en una persona sana el nivel de colesterol total debe ser menor a 200 mg/dL y advierten que entre 200 y 239 mg/dL se está al borde de un nivel alto, y que con más de 240 mg/dL, se está en serio riesgo de padecer una enfermedad del corazón.

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En cuanto al buscado equilibrio entre el colesterol "bueno" y el "malo", es aconsejable que el malo sea menos de 130 mg/dL y que el bueno sea superior a los 60 mg/dL. Por ello, si una persona tiene más de 160 mg/dL de colesterol "malo" o menos de 40 mg/dL del "bueno", corre mayor riesgo de sufrir una enfermedad del corazón.

Entre los principales consejos para alcanzar el equilibrio entre el colesterol "bueno" y el "malo", los médicos aconsejan llevar una dieta saludable (que ayuda a disminuir el nivel de colesterol "malo"), dejar de fumar si la persona es fumadora, perder peso si se tiene sobrepeso y hacer ejercicio en forma regular.

La importancia de la dieta saludable radica en que algunos alimentos, como los huevos, las carnes y los productos lácteos, también aportan mucho colesterol. Por ello se indica que la frecuencia con la que se ingieren esos alimentos disminuya, y que se incorporen comidas más sanas como pescado, ave sin piel, verduras crudas o al vapor, aceites vegetales no saturados y leche baja en grasa.