Hijo de una familia pobre de inmigrantes mexicanos y proveniente de un hogar sin padre, Antonio Villarraigosa escaló en la sociedad estadounidense gracias a la política que lo llevó, a sus 52 años, a la alcaldía de Los Angeles, California.
Villarraigosa, ex diputado demócrata del Parlamento de California (suroeste) desde 1994, triunfó ampliamente en la elección del 17 de mayo, que estuvo marcada por una abstención de cerca del 70%, y este viernes asumió el cargo de Alcalde.
Como diputado, se destacó por su carisma y capacidad para recolectar fondos. En 1998 se convirtió en presidente de esa asamblea, puesto que ocupó hasta el año 2000.
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Se lanzó a la conquista de la alcaldía de Los Angeles en 2001, oportunidad en que fue vencido por James Hahn, un demócrata heredero de una rica familia californiana que logró su victoria con el voto de la clase media-alta y la comunidad negra.
Por su parte, Villarraigosa había captado el voto de los barrios pobres y la población hispana. Su triunfo sobre Hahn, cuatro años más tarde, evidenció no sólo el descontento con el alcalde saliente, sino también el crecimiento y poder de los hispanos, que se convirtieron en la primera comunidad extranjera en la ciudad, con 46,5% del total de 3,7 millones de habitantes.
Luego de la derrota en 2001, Villarraigosa se repuso en la política local siendo elegido en 2003 como consejero municipal, en representanción de la zona este de Los Angeles, un barrio popular donde vivió la mayor parte de su vida.
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Nacido en 1953 como Antonio Villar, sufrió con cinco años el abandono de su padre, un hombre violento que dejó el hogar, obligando a su madre a criarlo sola junto a sus dos hermanas menores.
A pesar de haber perdido algunas clases debido a una operación por un tumor cuando tenía 15 años, logró graduarse en derecho en la Universidad de California de Los Angeles (UCLA).
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Se convirtió en militante sindical y político, aumentando poco a poco su responsabilidad en ese ámbito.
Sus detractores le acusan de apropiarse indebidamente del trabajo de sus colegas o colaboradores gracias a su carisma. Aunque le reconocen sus cualidades de negociador, como cuando logró poner fin a una huelga del transporte público de Los Angeles en otoño (boreal) de 2003.
Al contraer matrimonio en 1987 con Corina Raigosa, cambió su apellido al de Villarraigosa. La pareja tiene dos hijos, Antonio Junior, de 15 años, y Natalia Fe, de 11 años. Tiene también dos hijas de relaciones anteriores.
La víspera de la elección, prometió a los habitantes de la ciudad trabajar para ellos "24 horas al día", en una entrevista a la radio pública local KPCC.
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