Un análisis de ADN hecho al príncipe Enrique cuando tenía 11 años, a petición de la propia Casa Real, demostró que el joven es hijo de Carlos de Inglaterra, y no del oficial del Ejército, James Hewitt, como se rumoreaba.

En esa época, se comentaba en el Reino Unido que el hijo menor de Diana de Gales era hijo de Hewitt, con quien la princesa admitió haber mantenido una relación.

La prueba de ADN demostró que Enrique es hijo del heredero al trono británico, según publicó ayer el diario The Sun.

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Esta revelación se incluye en el libro Diana: The Last Word (Diana: La última palabra), escrito por su amiga Simone Simmons y que actualmente publica en serie The Sun.

Según el libro, Diana, que falleció en 1997 en un accidente de automóvil en París, se disgustó al saber que los monarcas exigían una prueba de ADN para comprobar la paternidad, pero aún así accedió para disipar los rumores.

La propia Diana de Gales admitió su romance con Hewitt en 1995, en una entrevista que concedió al programa de la BBC, ‘Panorama’.

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El príncipe Guillermo, hijo mayor de Carlos y Diana, por si acaso, también fue analizado, con el mismo resultado que su hermano.