El sueco Thomas Johansson, duodécimo favorito, se interpuso en el camino del argentino David Nalbandian, decimoctavo, en Wimbledon al eliminarle en cuartos de final por 7-6 (5), 6-2 y 6-2.

El tenista de Linkoping se impuso con una claridad inesperada. Sólo requirió tres mangas para deshacerse del argentino y plantarse en semifinales. El sueco de treinta años retorna a la élite y aspira de nuevo a la conquista de un Grand Slam después del sonoro triunfo logrado en el Abierto de Australia en el 2002 cuando destrozó al ruso Marat Safin en la final.

Desde aquél momento, el verdugo del sudamericano pareció desaparecer de los grandes acontecimientos y sólo regresó para anotarse, el pasado año, el torneo de Estocolmo. Su octavo y, hasta ahora, último éxito.

Publicidad

La derrota supuso una notable frustración para el argentino, alentado por la posibilidad de, tres años más tarde, pudiera reeditar la final en Wimbledon que perdió entonces con el australiano Lleyton Hewitt.

No tuvo su día la raqueta de Córdoba, que se vino abajo en cuanto se le escapó el primer set en el desempate (7-5) después de haber remontado un 4-2. La solidez del juego del escandinavo truncó las expectativas de Nalbandian, que bajó los brazos de forma insospechada.

Nalbandián, ganador en Múnich esta temporada, el tercer título de su carrera tras Basilea y Estoril, y que inició la campaña con los cuartos de final en Australia, suspiraba por un papel de renombre en Londres después de sus victorias contra el holandés Raemon Sluiter, el checo Karol Kucera y, especialmente, con su remontada frente al británico Andrew Murray. Después venció a Richard Gasquet.

Publicidad

Pero el argentino nunca estuvo a gusto frente a Johansson, que hizo suya cada una de las facetas del encuentro y que aprovechó la inusual falta de confianza de su rival.

El sueco se enfrentará en semifinales al ganador del duelo entre el francés Sebastien Grosjean y el estadounidense Andy Roddick.