Un helicóptero militar estadounidense Chinook que se estrelló el martes al este de Afganistán con 17 personas a bordo, de las que no se sabe si están vivos o muertos, podría haber sido derribado, dijo este miércoles el ejército de Estados Unidos.

Las informaciones iniciales indican que su caída podría deberse a fuego enemigo en una operación contra extremistas de Al Qaeda, indicó el ejército.

El CH-47 Chinook de doble motor se cayó en una zona lejana y montañosa al oeste de Asadabad, capital de la provincia afgana de Kunar, fronteriza con Pakistán, informó una portavoz militar estadounidense, la teniente Cindy Moore.

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El gobernador de Kunar Asadullah Wafa dijo que fue alcanzado por un misil, y un portavoz de los talibanes, Abdul Latif Hakimi, aseguró que fueron ellos quienes derribaron el helicóptero en el pueblo de Shorak utilizando "un nuevo tipo de arma" que no describió.

"Las informaciones iniciales indican que la caída podría haber sido causada por fuego enemigo", dijo un comunicado estadounidense. "La situación de los soldados es desconocida en este momento".

En la declaración se añadía que las fuerzas estadounidenses y afganas sellaron la zona para bloquear cualquier movimiento enemigo y que estaba siendo sobrevolada por aviones estadounidenses.

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Hakimi afirmó que 35 estadounidenses murieron el martes al derribar el helicóptero y que mataron a otros siete "espías", sobre el terreno, aunque sus informaciones muchas veces han sido exageradas o incorrectas. Además dijo tener un vídeo de lo ocurrido que colocarían en su web, pero aún no ha aparecido.

El ejército estadounidense dijo que el Chinook formaba parte de la "operación ala roja", dirigida a derrotar a los extremistas de Al Qaeda con ataques y recopilación de información.

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Este es el segundo incidente con un Chinook en Afganistán en tres meses. El pasado 6 de abril, una tormenta de arena en la provincia de Ghazni provocó que otro se estrellara, causando la muerte de 18 estadounidenses, incluyendo 15 soldados, en el peor accidente aéreo desde que Washington envió las tropas al país y derribó el régimen talibán en 2001.

Al menos otros 14 soldados han muerto desde marzo en un aumento de la actividad extremista, que intenta impedir la celebración de las elecciones parlamentarias del próximo 18 de septiembre, el paso siguiente en el difícil camino de Afganistán hacia la estabilidad.

El gobierno afgano se comprometió el martes a realizar las elecciones a tiempo a pesar de la violencia, y dijo que los enfrentamientos en el suroeste del país de la semana pasada - en los que el ejército estadounidense afirmó haber matado a 77 guerrilleros - mostraban la debilidad de los talibanes.

Estados Unidos dirige una fuerza multinacional de unos 20.000 soldados, la mayoría estadounidenses que persiguen a los extremistas más de tres años y medio después de derribar el régimen talibán por no haber entregado a Usama ben Laden y otros líderes de Al Qaeda tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

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