En al menos una decena de restaurantes,  el consumo es libre tras el pago de un monto fijo. En los primeros locales  hubo capital argentino y uruguayo; ahora, la inversión es sobre todo china y ecuatoriana.

Aunque la imagen llamó la atención de muchos, no causó en realidad una gran sorpresa: en el reciente Día del Padre, decenas de personas hicieron “cola” hasta por dos horas fuera de un restaurante para agasajar al jefe del hogar.

Se trataba de uno de los ya populares sitios de “tenedor libre”, donde por un pago generalmente inferior a diez dólares, comen “lo que puedan”.

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Fue un grupo de empresarios argentinos y uruguayos el que decidió, en el 2001, experimentar por primera vez en Guayaquil con el sistema de restaurantes de “tenedor libre”, ya exitoso en sus países. Locales en donde por el pago de un monto fijo, el cliente puede consumir libremente lo que ofrezca el menú del día.

Desde entonces, varios locales de este tipo –de origen chino y ecuatoriano– se han instalado en la ciudad para competir en costos y variedad de comidas. El precio por persona es entre $ 8,50 y $ 9,50; la respuesta de la población ha impulsado nuevas inversiones.

José Roditti es el nuevo propietario de La Vaca Gaucha, ubicada en Urdesa: el primer local de “tenedor libre” que se instaló –hace tres años– en Guayaquil.

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Y aunque al inicio tuvo una buena acogida, cuenta el empresario, la clientela se redujo “porque los dueños de ese entonces se descuidaron ya que tenían otros negocios que atender”.

Entonces, Roditti con ayuda de su socio, Fernando Salazar, reinauguró el restaurante –especializado en parrilladas– con una inversión aproximada de $ 80 mil. Lo hicieron en mayo pasado.

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El GranChef, otro de los locales que aprovecha este sistema de venta de comida, requirió –en cambio– una inversión inicial de $ 500 mil. El dinero provino, según Julián Rosales, su administrador, de un grupo de diez empresarios chinos “motivados por la falta de restaurantes de parrillada y de bufés en el país”.

El local pretende competir con un menú variado. “Aquí el cliente puede encontrar de todo; desde una parrillada, un bufé hasta comida criolla”, afirma Rosales.

Ahora, el GranChef mantiene dos locales en la ciudad: uno ubicado en la avenida Francisco de Orellana y otro en la avenida Víctor Emilio Estrada. Y aunque la rentabilidad es segura, sus propietarios no prevén instalar otro hasta “verificar la aceptación de la clientela”.

Una de las estrategias de este tipo de negocios es el horario de atención. Los locales abren, generalmente, desde las 12h00 hasta las 22h00, todos los días.

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Los propietarios de El Guayaco, otro de los negocios, tuvieron que aprenderla.
Abrieron sus puertas en mayo del 2004 pensando en las personas “que farrean” y buscan comida durante las madrugadas.

Poco después, afirma Lorena Bastidas, gerenta encargada, se dieron cuenta que ese grupo de clientes busca “platos sencillos y rápidos”. Modificaron, entonces, el horario de atención con buenos resultados; su oferta ahora es “la comida criolla”.
Reciben hasta 250 clientes al día.

100 CLIENTES
Puede recibir, diariamente, un restaurante de este tipo durante días festivos. Los ingresos son altos en los días de la Madre y del Padre.

800 DÓLARES
Es el ingreso diario promedio de los llamados locales de “tenedor libre”. Las ventas pueden elevarse hasta los 6.000 dólares diarios durante los días de celebraciones especiales.