“Es mi primera experiencia de compartir ficción. Ha sido gratísima y muy interesante, pero no imagino un compromiso de este tipo otra vez. Tengo demasiado trabajo atrasado en mi propia escritura”, dijo  en la capital mexicana Gabriela Montes, coautora con Ema Wolf de la novela El turno del escriba (2005).

Montes y Wolf visitaron México esta semana y presentaron una novela que recrea la vida en la Génova de fines del siglo XIII, un periodo de lucha entre ciudades-estado y de viajes apasionantes.

Un hecho histórico, el encuentro en una cárcel del mercader veneciano Marco Polo y el escriba Rustichello durante unos meses fue el germen de esta novela.
Para Montes, que sugirió la idea a Wolf, el proceso de escritura compartida fue “una experiencia extraordinaria, muy buena, bárbara”, pero en este momento ansía continuar haciendo libros en solitario.

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Cinco años de trabajo en etapas no continuas hicieron que “algunas cosas quedaran un poco entre paréntesis”, explica. No obstante, el experimento la fascinó  porque encontraron una historia valiosa que lograron relatar a dúo.

“Pienso que Marco Polo, por su formación, porque era primero un aprendiz de mercader y luego un mercader, no pensaba contar su historia”, explica Montes.