La selección mexicana de fútbol ha dado un importante paso para su autoestima en esta Copa de las Confederaciones, pese  a caer en semifinales en la lotería de los penales ante una potencia como  Argentina.

El domingo en Hannover estuvo a un paso de eliminar a la potente selección albiceleste, cuando se adelantó en el marcador por medio de Carlos Salcido en el minuto 104, aunque después empataría Argentina en el 110 con gol de Luciano  Figueroa, y los rioplatenses ganarían en los penales.

México se ha plantado en el "partido de la basura", el que otorgará el tercer puesto, ese que la FIFA no quiere eliminar por motivos económicos, el miércoles en Leipzig ante Alemania, sin haber perdido y habiendo ganado a  Brasil (1-0) y empatado con Argentina en el tiempo reglamentario (0-0).

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Lleva cuatro tantos anotados, pero lo más importante es que sólo ha encajado dos, lo que lo ha convertido en el equipo menos goleado del certamen.

Ha mostrado un orden y una disciplina que parecen hacerle temible como bloque y en el duelo con Argentina mostró descaro por momentos, con caños a Juan Pablo Sorín y Mario Santana, o sangre fría como en el penal "a lo Panenka"  transformado por Pineda.

Además, mostró que ha hecho un equipo en base a hombres y no a nombres. Logró la clasificación jugando la primera fase sin su estrella, Rafael Márquez, lesionado en el aductor de la pierna izquierda.

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   Pero además no le hicieron mella la ausencia de los jugadores de las Chivas de Guadalajara, que se quedaron al principio de la concentración en su país para jugar la Copa Libertadores.

Tampoco le afectaron las sucesivas lesiones del delantero Omar Bravo y del  defensa Hugo Sánchez, ni la expulsión por presunto dopaje de los zagueros Aarón  Galindo y Salvador Carmona.

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La solidez defensiva que ha mostrado lo hace temible. Ya sólo le falta algo del oficio y experiencia que puede tener Brasil, por ejemplo, para saber  administrar una ventaja de 1-0 en la prolongación que no supo conservar ante  Argentina.

"Para los resultados falta un año. Ahora estamos siguiendo un proceso para  ver a mis jugadores sueltos, que siguen desarrollándose, que se están sacando  la presión. Vamos a corregir algunas cosas, pero la base, el 70 u 80% está ya  construido", afirmó este lunes La Volpe.

Las expectativas son buenas para México en 2006. Si mantiene lo mostrado en la Copa de las Confederaciones, y si además sigue creciendo, puede hacer algo importante en el próximo Mundial.

 

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