El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, expresó ayer que las mujeres y los jóvenes en Irán iniciarán una revuelta  contra el nuevo presidente electo, el ultraconservador  Mahmud Ahmadinejad, y los líderes religiosos del país.

Rumsfeld se abstuvo de pronunciarse sobre los programas nucleares de  Irán.
Mientras, el presidente del Estado de Israel, Moshé Katsav, afirmó ayer que el programa nuclear de Irán debe ser llevado al Consejo de Seguridad de la ONU porque las tácticas reconciliadoras no ayudarán a resolver el problema.

Israel estaba ayer “muy preocupado” por la  elección de Ahmadinejad ya que, según el número dos del gabinete israelí Shimon Peres, creará “graves  problemas” a la comunidad internacional.

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“La conclusión es que existe (en Irán) una combinación peligrosa de  extremismo religioso, de armas no convencionales y aislamiento internacional”, afirmó Peres.
El general de reserva Amos Gilad, responsable político en el Ministerio de  Defensa, declaró que estas elecciones “van a anular todo el  proceso de reformas y cambios en Irán” que impedirán cualquier intención de paz, dijo.

Según Gilab, se mantiene el “régimen de los ayatolás (líderes religiosos musulmanes)” e Irán quiere “dotarse de armas  nucleares y apoyar a grupos armados radicales hostiles a Israel, como  el Hezbolá” chiita libanés, agregó.

Coincide con él David Kimche, ex director general del Ministerio de  Relaciones Exteriores en Jerusalén. “Los iraníes van a intervenir más para tratar de impedir la paz entre  Israel y los palestinos” y “habrá más dinero y entrenamientos militares para el  Hezbolá y el Hamas” islamista palestino, dijo.