El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, visitó el domingo una zona selvática del sur del país, fronteriza con Ecuador, para revisar la estrategia táctica de las fuerzas armadas después de que 19 militares murieron en un ataque de la mayor guerrilla izquierdista.

"Ese es un golpe muy duro, muy duro que nos obliga a reflexionar a ver cómo ajustamos esto", declaró el mandatario antes de viajar a Puerto Asís, en el departamento del Putumayo, 550 kilómetros al suroeste de Bogotá.

La muerte de los 19 militares se registró el sábado durante un ataque de décenas de rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra una base del ejército encargada de vigilar la infraestructura petrolera en esa región selvática del sur del país.

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El asalto, uno de los peores que sufren las fuerzas militares en los últimos meses en medio del conflicto interno de más de cuatro décadas, dejó en evidencia que la guerrilla, pese a las ofensiva del ejército, mantiene intacta su capacidad de ataque y de destrucción, dijeron analistas.

"Nos duele inmensamente (...) vamos a mirar cómo ajustar estas acciones en toda la frontera con Ecuador. Es un revés en esta lucha", declaró el mandatario.

El ataque se produjo luego de recientes declaraciones del ministro de Gobierno de Ecuador, Mauricio Gándara, quien aseguró que el gobierno de Bogotá tenía descuidada la frontera terrestre de 586 kilómetros entre los dos países.

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En Puerto Asís, Uribe, un abogado de 52 años que ha hecho de la lucha contra la guerrilla y de la recuperación de la seguridad sus principales objetivos de gobierno, se reunió con las autoridades civiles y militares para revisar y corregir los dispositivos, dijeron fuentes gubernamentales.   

Operaciones militares en zona de ataque
En esa región selvática tienen presencia varios frentes de las FARC, el principal grupo rebelde del país integrado por 17.000 combatientes y que dice luchar por establecer un sistema socialista en este país de 44 millones de habitantes con una pobreza que afecta a más del 60 por ciento de la población.

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La zona es centro de operaciones militares en las que participan el ejército, la fuerza aérea y la infantería de marina dentro del Plan Patriota, la mayor ofensiva contraguerrillera en la historia reciente del país que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.

La ofensiva busca la muerte o captura de los principales jefes de la guerrilla de las FARC, algunos de los cuales se encontrarían ocultos en ese región, según el ejército.

Las FARC, consideradas por Estados Unidos y la Unión Europea como una organización terrorista que se financia del narcotráfico, reactivó desde comienzos de este año sus acciones en todo el país, después de una prolongada inactividad, considerada por analistas como un repliegue estratégico para soportar una ofensiva ordenada por Uribe.

Los ataques de esa guerrilla han dejado unos 200 militares muertos en lo que va del 2005.

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Uribe, quien asumió el poder el 7 de agosto del 2002, ordenó una ofensiva contra los rebeldes que incluye el aumento del gasto bélico, de efectivos, y la incorporación de cientos de civiles como informantes.

La estrategia mejoró la percepción de seguridad dentro del país y a nivel internacional y le permitió al gobierno recuperar el control de extensas zonas montañosas y selváticas que por años dominaron los grupos armados ilegales en medio del conflicto interno que deja miles de muertos al año.

Los recientes reveses de las fuerzas armadas a manos de la guerrilla han desatado fuertes críticas y cuestionamientos a la política de seguridad de Uribe, mientras líderes de las FARC anunciaron la reanudación de sus acciones ofensivas.

Durante el fin de semana otros seis soldados murieron en un ataque de las FARC, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, mientras que cuatro policías perecieron al caer en un campo minado cerca al municipio de San Pablo, en el departamento de Bolívar.