¿Qué es del coronel que dijo: “Combatiré la corrupción o moriré en el intento”?

¿Qué es del que trató de oligarcas y pelucones a los que no estaban con el Gobierno, sin darse cuenta que él es la representación de oligarca y pelucón, dueño de los grupos indígenas y de uno de los cuatro Hummer que hay en el país, de gustos exquisitos, como volar en helicóptero y avionetas en sus ratos de ocio?

¿Y qué es del otro que se le llenaba la boca al decir que cobraría a los oligarcas corruptos deudores de la AGD? Parece que también ha tenido rabo de paja.

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¿Y de aquel que manipulaba la información inundándonos con costosa propaganda del Gobierno a costa del dinero del pueblo ecuatoriano, mientras los jubilados, maestros, estudiantes y médicos padecían por falta de presupuestos para hacer más digno su existir? Tampoco se lo ve.

¿Y del superñaño, y del superprimo capaces de insultar a todo aquel que estuviera en contra, y de manejar las conciencias de corruptos diputados que llegan al Congreso dentro de una lista y en cuanto pueden se transforman en “independientes” con el propósito de enriquecer sus cuentas a base del chantaje y de la entrega al mejor postor; y  la de los empleados públicos, contratistas y otros que por no perder el cargo o el contrato se vieron obligados a participar en actos a favor de un coronel?

Tanto se habló de “combatir” la corrupción y lo que se hizo fue incrementarla.
Ojalá hoy se pudieran auditar las cuentas de la familia y amigos del coronel, desde antes de enero del 2003 hasta la fecha. ¡Qué sorpresa nos llevaríamos!

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Xavier Vallejo Iturralde
Guayaquil